viernes, 21 de agosto de 2015

> Bodegas Solar de Urbezo: pinceladas de vino...




La perspectiva de una tarde libre en el mes de Agosto nos animó a ponernos en contacto a través del correo electrónico con las Bodegas Solar de Urbezo ubicadas en la localidad de Cariñena (Zaragoza). Con la correcta educación de la que habitualmente hacemos gala, tuvimos el atrevimiento de sugerir nuestro interés en realizar una visita a sus instalaciones, a pesar de lo inhabitual del calendario. Y aceptaron... Antes de continuar, queremos agradecer al personal de la bodega, en especial a María Dolores Incausa, responsable de relaciones públicas, no sólo el trato que nos dispensaron, sino también que nos permitieran realizar la visita de manera casi privada. Detalles así se valoran y se tienen en cuenta.



Pinacoteca



Las Bodegas Solar de Urbezo comenzaron su andadura en el año 1995, en el preciso instante en que Santiago Gracia Ysiegas decidió ponerse al frente de la explotación de los viñedos familiares con el sueño de darlos a conocer al mundo. Y desde luego que lo logró, pues en la actualidad exporta el 90% de su producción. Para ello echó mano de las más modernas técnicas de viticultura, pero nunca olvidó la tradición, como demuestra bien a las claras el nombre elegido para su bodega. Urbezo es el apellido de un pintor, don Antonio Urbezo, nacido en Cariñena y amigo de toda la vida de la familia Ysiegas. De hecho, durante la visita pudimos admirar la colección de pintura que la bodega posee, integrada por obras de diversos artistas gráficos, por supuesto algunas de Antonio Urbezo, entre las que destaca por motivos sentimentales más que obvios, un retrato de la madre del actual propietario cuando era niña.



Retrato de la madre del propietario de la bodega. Debajo, retrato del autor.


La pintura y los vinos de Solar de Urbezo han caminado siempre de la mano. Periódicamente las etiquetas de los vinos de esta bodega se modifican, no por casualidad ni por capricho. Las etiquetas de los vinos Urbezo son verdaderas obras de arte, y no es una forma de hablar. En realidad son fragmentos, recortes, imágenes parciales, en ocasiones sutilmente adaptadas, procedentes de cuadros propiedad de la bodega. Durante los minutos que estuvimos esperando antes de comenzar la visita, paseando por la sala de recepción que alberga la pinacoteca, encontramos un divertido pasatiempo en localizar el cuadro del que procedía esta etiqueta o aquella.



Exterior de la bodega


Las aproximadamente 100 hectáreas de las que proviene la uva con la que se elaboran los vinos de Solar de Urbezo son todas propiedad de la bodega. No se adquiere uva a otros productores ni se vende a uva a otros elaboradores. La filosofía de la bodega es clara: el vino comienza en el viñedo. Y con esa premisa se cultiva, mima y casi acaricia cada grano de uva. Aproximadamente 70 hectáreas, agrupadas en las parcelas principales, poseen riego por goteo, técnica muy adecuada en los tórridos veranos zaragozanos para el cultivo de algunas variedades de uvas, en especial la "sedienta" Chardonay. Los suelos son mayoritariamente calizos y arcillo-pedregosos, según las zonas. La climatología es extrema, con fríos inviernos y estíos calurosos, bajo índice pluvimétrico y viento, mucho viento del noroeste, el inclemente cierzo que castiga las vides durante muchos días al año, pero que al mismo tiempo es el mejor fungicida biológico y ecológico del mundo. Con esas condiciones ambientales y unos enérgicos procedimientos de poda, se persigue controlar la producción de uva por planta, entre 1,5 y 3 kg por cada cepa como máximo (según variedades), logrando de esa forma que en cada racimo se concentren sabores y aromas, lo que se traducirá en unos vinos de gran expresividad en nariz y en boca.



Cierzo suave (muy de la tierra) en la zona de acceso


Se cultivan variedades de uva autóctonas como la Garnacha, la Tempranillo y la Cariñena, normalmente con cultivo tradicional en vaso. A ellas se unen castas internacionales de origen francés (Syrah, Cabernet Sauvignon, Merlot y Chardonnay) con cultivo en espaldera, más moderno y de mayor eficiencia en el laboreo y en la vendimia. Nos comentaron off the record que al parecer existe un proyecto para introducir nuevas variedades de uva, particularmente castas blancas. La Moscatel sería una de las elegidas y tal vez, sólo tal vez, podría ir acompañada de la recuperación de algún viñedo de Garnacha Blanca, ampliando así el catálogo de vinos blancos, a día de hoy constituido exclusivamente por un monovarietal de Chardonnay sin paso por barrica.


Selfie en la tienda de la bodega


La proyección de un completo audiovisual al inicio de la visita, en la misma sala en la que más tarde realizaríamos la cata, nos permitió conocer desde dentro los procedimientos técnicos de la bodega, firmemente volcada hacia la producción ecológica y biosostenible. Un detalle interesantísimo y, en nuestra opinión, piedra angular de la filosofía de Solar de Urbezo, es el hecho de que cada variedad de uva se elabora y vinifica por separado. Teniendo en cuenta que cada uva se vendimia en una fecha diferente (según su fase óptima de maduración y climatología del año en concreto), que la duración de las maceraciones y fermentaciones difiere entre las uvas blancas y las tintas, si a ello añadimos las reducidas dimensiones de la sala de elaboración y que por motivos técnicos evidentes algunas maquinarias deben emplearse para todas las variedades de uva, el resultado es un tremendo quebradero de cabeza de varios meses de duración. 

Al finalizar ese proceso, vital e imprescindible a partes iguales, se obtienen unos vinos monovarietales. El Urbezo Blanco Chardonnay y el Urbezo Rosado Merlot ya casi habrán tomado forma, tan sólo les quedará algún filtrado, alguna estabilización, pero pronto estarán embotellados y listos para su comercialización y consumo. También los tintos jóvenes, como el Viña Urbezo (garnacha, tempranillo, syrah) de maceración carbónica y el Dance del Mar (tempranillo y merlot) estarán casi a punto. Al Urbezo Garnacha le esperan tres reconfortantes meses de estancia en barrica nueva o seminueva de roble francés, imprescidibles para conferirle esos sutiles aromas de crianza que sin embargo no empañan su agradable carga frutal.



Nave de crianza y detalle de una de las barricas de roble americano


El resto de los tintos de la bodega, en nuestra opinión, sus verdaderas obras de arte, todavía no habrán nacido. El pintor, más bien el enólogo, tendrá en su paleta todos los colores, representados en cada monovarietal que reposa aún en su depósito correspondiente, pero el lienzo seguirá en blanco. El artista en su taller, comenzará a dar rienda suelta a su creatividad, mezclando un color con otro, tanto de Garnacha, un poco de Merlot, algo de Cabernet... Tras la realización de múltiples pruebas y ensamblajes, presentará sus creaciones al Comité de Cata de la bodega, y en base a las decisiones que allí se tomen, se elegirán los coupages destinados a convertirse en crianza, reserva, gran reserva, etc. Todavía restan unos cuantos meses de permanencia en barrica de roble francés, americano y ruso, de 300 litros de capacidad, con sus trasiegas y catas de control correspondientes, hasta que las "obras de arte tintas" de Solar de Urbezo vean la luz. 


Selección de vinos Solar de Urbezo

Tan sólo el 10% de la producción de Solar de Urbezo se destina al mercado nacional, en especial a través de hostelería, tiendas gourmet, vinotecas y otros comercios especializados. El grueso de la producción se envía fuera de nuestras fronteras. Europa, Rusia, Estados Unidos, Sudamérica y China son los lejanos destinos donde se disfrutan los vinos elaborados por esta bodega. Algunos clientes solicitan etiquetados especiales, y este es el motivo por el que existen varias marcas y nombres diferentes para un mismo vino Urbezo, el cual puede llamarse A en Alemania y B en China, adaptando el diseño de la etiqueta a la preferencias de cada distribuidor acorde con los gustos de sus clientes. 


Concluimos nuestra visita con la degustación de cuatro vinos. 

Detallamos a continuación nuestras notas de cata.

URBEZO CHARDONNAY 2014
Monovarietal de dicha variedad. Botella borgoñona de color verde aceituna. Tapón de silicona. Visualmente se muestra de un color amarillo dorado, sin rastro de menisco verdoso, algo evolucionado. Limpio y fresco. Muy perfumado, con predominio de las frutas de pepita (manzana, pera), frutas tropicales (piña) y algún recuerdo cítrico. En boca resulta agradable y refrescante, algo más ácido de lo esperado. Largo postgusto, intenso y levemente mineral. Típico Chardonnay de la DO. Cariñena, muy diferente a los de DO. Somontano, por ejemplo. Catado a una temperatura de servicio ligeramente más elevada de lo recomendable. Será interesante compararlo con la próxima añada 2015.

URBEZO ROSADO MERLOT 2014
Monovarietal de dicha variedad. Botella bordelesa transparente. Tapón de silicona. En la copa se presenta de un intenso color rojo fresa muy intenso, visualmente precioso, desmarcándose de la tendencia actual a elaborar rosados "piel de cebolla", pálidos y tenues. En nariz resulta un tanto decepcionante, escasamente aromático, mucho menos de lo que la fase visual invita a pensar. Atisbos de frutos rojos, apenas detectables. Agradable paso por boca, cuerpo medio, nada incómodo. Final levemente amargo, algún recuerdo herbáceo que ensombrece el resultado. Probablemente descorchado con excesiva antelación. A revisar en futuras catas.

URBEZO GARNACHA 2014
Monovarietal de dicha variedad. Botella bordelesa de color verde oscuro. Corcho natural de calidad media. Rojo cereza de capa media con menisco violáceo. En nariz presenta predominio de frutas rojas, caramelo y azúcar quemado. Fondo dulzón. Guindas en licor y chocolate. Cuerpo y volumen medios, menos de lo esperado a priori. Agradable paso por boca, tanicidad apenas detectable. Especiado y sabroso. Acidez perfecta. Redondo y bien integrado. Postgusto de media duración. Buen trabajo el de los 3 meses de barrica, la garnacha lo agradece. Altamente representativo de una garnacha ligera de DO. Cariñena. Un vino muy correcto.

URBEZO VENDIMIA SELECCIONADA 2010
40% Garnacha, 30% Cariñena, 20% Syrah, 10% Cabernet Sauvignon. Botella bordelesa de color caramelo muy oscuro. Corcho natural de buena calidad. Rojo picota de capa media-alta con lágrima pigmentada y ribete granate. Interesante fase nasal, aromático y atractivo. Fruta negra (ciruelas, higos secos, pasas de Corinto), vainilla y otras especias dulces. La maloláctica en barrica se hace notar en nariz, le da una gran personalidad. En boca es integrado y sabroso, con plenitud pero sin opulencia. Astringencia media muy bien trabajada. Postgusto sorprendentemente breve, con recuerdos a regaliz negro, ahumados y pimentón. Magnífico resultado el de este novedoso ensamblaje de castas autóctonas y foráneas. La crianza en barrica durante 12 meses acompaña sin ocultar la deliciosa carga frutal. Merecidamente calificado con 90 puntos Parker. Catado después de media hora de decantación, muy recomendable oxigenación que según nuestro criterio hace crecer a este vino en copa.




Bodegas Solar de Urbezo: vinos y cuadros. Dos maneras distintas de dar forma al arte, de expresar la creatividad y, en resumidas cuentas, del trabajo bien hecho.

Enhorabuena.











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