miércoles, 25 de marzo de 2015

> Cata de Corona de Aragón en Tomevinos




Nueva imagen de Corona de Aragón 2014


La bodega Grandes Vinos y Viñedos de Cariñena es el resultado de la fusión hace algo menos de dos décadas de las cooperativas de varios pueblos de la comarca (Cariñena, Cosuenda, Alfamén, Aguarón y Villanueva de Huerva). Por volumen de producción es la mayor bodega de Aragón, capaz de elaborar 40 millones de botellas al año. Elabora 6 gamas diferentes de vinos, para cubrir la distribución en los distintos canales: supermercados, tiendas especializadas, restauración y exportación. Monasterio de las Viñas, Beso de Vino, Corona de Aragón, Anayón, Hoy Wines y El Circo son los sugerentes nombres de sus familias de vinos, sin olvidar el reciente desarrollo de bebidas innovadoras con el vino como punto de partida: Garnaccio (una suerte de vermouth) y Veut (una garnacha refrescante de bajo contenido alcohólico, con carbónico y presentada en botella de 33cl).

Regresamos a Tomevinos en una lluviosa tarde para disfrutar de la cata de la nueva añada de los vinos Corona de Aragón, gama destinada a hostelería y tiendas especializadas, digamos la "clase media" del amplio catálogo de Grandes Vinos y Viñedos, la familia con más arraigo comercial, de etiquetado noble alejado de las presentaciones juveniles de Hoy Wines o Beso de Vino. Hablando de la presentación exterior, consideramos todo un acierto la modificación del diseño casi de comic de la imagen de San Jorge presente hasta el año pasado en las etiquetas, así como la sustitución del tipo de botella, mucho más atractiva la actual tipo bordelés ligeramente estilizada y con el regreso del cristal coloreado para el tinto, todo ello contribuye a mejorar enormemente la imagen de marca y otorga a estos vinos, sólo por su presentación comercial, una significativa evolución. 



Un instante durante la cata


En un ambiente relajado y distendido, como viene siendo habitual en Tomevinos, comenzó la cata con el Corona de Aragón Rosado 2014, ensamblaje de Garnacha y Cabernet Sauvignon. Moderno color rosa pálido, siguiendo los gustos actuales, fase nasal rica en frutillos rojos y notas herbáceas (hinojo, hierba recién cortada), característica ésta última diferenciadora de la garnacha de Cariñena. También algo de regaliz. En boca denotó una acidez presente pero agradable. Fácil de beber.

El Corona de Aragón Blanco 2014, elaborado con Chardonnay y Macabeo, se mostró en la copa de color amarillo pajizo con reflejos verdosos. Un poco corto en nariz, desplegó las notas típicas de la chardonnay, con las limitaciones que la climatología de la zona (escasa pluviosidad, elevadas temperaturas estivales, etc) impone al cultivo de esta variedad de uva. Aromas a plátano, melón maduro y flores blancas. Algún recuerdo mineral (talco?). Un vino muy comercial, con mejor resultado en boca del esperado tras la fase nasal. Amplio y agradable.


Care Chardonnay 2014




Como contrapunto al anterior, aprovechando que en Tomevinos se disponía aquel día de botellas para catar, tuvimos la oportunidad de probar otro blanco de otra bodega perteneciente a la misma denominación de origen. El Care Chardonnay 2014 (90% Chardonnay, 10% Viognier) fue sin duda la sorpresa de la noche. Amarillo pajizo ligeramente dorado, untuoso, limpio y brillante. Flores blancas y amarillas, piña, manzana roja, heno y miel en nariz. Voluminoso en boca, postgusto medio-largo. Intenso y cremoso. Muy elegante.

El primero de los tintos fue un monovarietal de garnacha. El Corona de Aragón Tinto 2014 se mostró de un rojo cereza de capa media con ribete entre morado y azulado, denotando su juventud. Rica fase nasal, con frutas rojas (fresas y frambuesas), azúcar quemado, caramelo y regaliz rojo. En boca resultó algo astringente y con marcada acidez. Corto postgusto. Mejor en nariz, decepcionó algo en fase gustativa. A nuestro entender, tal vez el vino más flojo de la cata.

Como broche final a la cata, probamos el Corona de Aragón Reserva 2009. Coupage de cuatro variedades tintas: Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Garnacha y Cariñena. 14 meses de permanencia en barrica. Capa muy alta con ribete granate. Abundante lágrima ricamente pigmentada. Nariz potente e intensa. Frutas negras (moras, ciruelas, cassis, higos). Especias (clavo, pimienta). Cacao y toffe. Muy equilibrado y redondo en boca. Un señor vino muy gastronómico y con una relación calidad-precio más que interesante.







domingo, 15 de marzo de 2015

> Viña Amézola Crianza 2010




Viña Amézola Crianza 2010

La cata con la que concluimos nuestra visita a Bodegas Amézola de la Mora (Torremontalbo) resultó un poco trepidante para nuestro gusto. Con algo más de calma, más pausados, más a nuestra manera, procedimos a probar este Viña Amézola Crianza 2010 del que tan bien nos habían hablado.

Botella bordelesa de color verde, llamativa cápsula de color cobre y corcho natural, todo de excelente calidad. Etiqueta de gran tamaño y moderno diseño muy atractivo con el logotipo de la bodega en la parte superior, logotipo que lo mismo pueden ser las iniciales de la bodega que una esquemática representación de la cercana Sierra de Cantabria, muralla natural que protege a esta zona de La Rioja de los temporales y del azote de los vientos del norte. La contraetiqueta aporta información suficiente, variedades de uva periodo de permanencia en barrica, todo de un modo muy sencillo de leer y fácil de interpretar.

Detalle de la etiqueta

Típico coupage de riojano, mayoritariamente tempranillo pero con la incorporación habitual de mazuelo y graciano, vendimiadas y vinificadas juntas. Tras la fermentación envejece durante 15 meses en barricas de roble francés y americano, con realización de trasiegas semestrales.

En la copa, visualmente se presenta de color rojo cereza muy madura, de capa media, ribete granate y lágrima fina ligeramente pigmentada. La fase nasal es todo elegancia, frutas rojas y ciruelas negras, igualmente delicioso a copa parada que a copa agitada. Madera limpia de roble, especias nobles y caja de tabaco rubio. En boca es redondo, equilibrado, integrado, sin aristas, nada astringente y con una generosa acidez que amortigua su contenido alcohólico más bien alto, pero absolutamente indetectable. De trago largo y fácil, ligero paso por boca, sabroso sin molestar, voluminoso sin resultar excesivo, invita a tomar una copa tras otra. El postgusto nos resulta medio, tal vez algo insuficiente, aunque sabroso y muy agradable.

Viña Amézola Crianza 2010, encantados de conocerle.



Detalle de la contraetiqueta



sábado, 7 de marzo de 2015

> Cata ciega de garnachas en Tomevinos


Imagen promocional del evento



Hace unos días tuvimos la ocasión de asistir a una curiosa experiencia. Nunca antes habíamos participado en una cata a ciegas y, vistos los resultados, debemos decir que no hay actividad enológica más entretenida.

Disponíamos previamente de la información acerca de cuáles eran los vinos a catar, pero no en qué orden iban a ser servidos, así que el juego consistió en identificarlos siguiendo nuestra habilidad y/o intuición durante la cata. La procedencia geográfica debería haber ayudado, pero en algún caso en concreto contribuyó a despistarnos todavía más. Los seis vinos tenían como denominador común la garnacha, sin embargo en cinco de ellos, aun siendo mayoritaria en el coupage, iba acompañada de otras variedades (shirah, monastrell, cariñena, etc).

Como no puede ser de otro modo, en un ambiente relajado y distendido, las magníficas y amenas explicaciones de Michael Cooper, responsable de Tomevinos Zaragoza, nos guiaron por un viaje imaginario entre brujas, vientos y misterios, que nos llevó del Ródano a la comarca de Valdejalón, de Cariñena a la Sierra de Gredos, y de Calatayud al Rosellón francés. 


Michael Cooper dirigiendo la cata

Todos los vinos que probamos, quizás con la excepción de uno de ellos, se encuentran en las antípodas de lo que solemos conocer como garnachas, entendiendo como tales a los vinos de Borja y Calatayud, vinos carnosos, potentes, dulzones, de altísima capa y boca plena, vinos que están de moda desde hace ya varios años y en los que predomina la fruta sobremadurada. Los vinos de esta cata fueron otra cosa, vinos más ligeros y aromáticos, a lo que sin duda contribuyeron las otras variedades de uva incorporadas en algunos de los ensamblajes, así como los breves periodos de crianza en barrica y el empleo de barricas previamente ya usadas.


Selfie durante la cata


Detallamos a continuación los vinos catados.

LA BRUJA AVERIA
VT. Madrid-Sierra de Gredos. Sin crianza. 100% Garnacha.
Capa baja. Color rubí. Mucha lágrima no pigmentada. Perfumado. Aromas a sidra (fermentación maloláctica?). Cítrico y ácido. Eucalipto, regaliz y cacao. Vivo y pujante, casi efervescente. Mineral. Guindas en licor. Final amargo. Postgusto largo. Sorprendentes 93 puntos Parker. Extraño y original.

PONIENTE
DO. Cariñena. Con crianza en barricas usadas. 1200 botellas. Cera en lugar de cápsula.  15% Shirah, 15% Cariñena, 5% Monastrell, 35% Garnacha, 30% Garnacha peluda. 
Capa media, de color granate-rubí intenso. Recuerdos a tierra, cueva y piedras. Especiado (tomillo?). Boca plena. Final largo. Astringencia media. Equilibrado. Como curiosidad añadiremos que el autor y winemaker de este vino es el propio Michael Cooper, aunque en su descargo diremos que en ningún momento nos ocultó que uno de los vinos a catar era obra suya.

ESTRAMBÓTICO
IGP. Valdejalón. Con crianza. 2500 botellas. 100% Garnacha.
Cera en lugar de cápsula. Capa media-alta. Rojo picota con menisco violáceo. Cerrado de inicio. Mineral. Fruta negra y canela. Glicérico. Astringencia elevada. Largo postgusto, piel de naranja. Leve picor final. Interesante.

TERRE DE MISTRAL
Côtes du Rhone. Sin crianza.
Garnacha, Shirah y Monastrell (mourvédre) = GSM
Capa media. Frutas rojas y negras en compota. Cárnico, cueros y tierra. Regaliz. Fácil paso por boca. Exagerado final alcohólico, y levemente amargo. Muy "francés" en fase nasal, algo decepcionante en gustativa y retronasal.

LES SORCIÈRES
Côtes de Roussillon. Con crianza.
Garnacha, Cariñena (Carignan) y Shirah
Capa media-alta. Frutas negras. Torrefactos. Chocolate. Ahumado.
Redondo y muy equilibrado. Madera noble muy sutil. Tanicidad muy suave. Muy mediterráneo. Excelente vino. Elegido como el mejor de los seis catados.

MANGA DEL BRUJO
DO. Calatayud. Con crianza.
Medalla de plata en el concurso Garnachas del Mundo 2015.
70% Garnacha, 10% Tempranillo, 15% Shirah, 5% Cariñena
Capa media-alta. Rojo púrpura con ribete rubí. Fruta negra, pimienta molida, humo y tostados. Cuerpo medio, algo voluminoso. Especiado. Recuerdos de mantequilla y panadería. Muy gastronómico. Estructurado y potente. Astringencia media. Segundo puesto en la cata, quizás bien maridado hubiera podido ganar.


Precioso escaparate de garnachas (y alguna cosa más) en Tomevinos

NOTA: En la presente entrada hemos incluido imágenes tomadas del Facebook de Tomevinos Zaragoza, con la certeza de que al tratarse de un perfil público no habrá inconveniente alguno en hacer uso de ellas.


jueves, 5 de marzo de 2015

> Comparativa Viña Real Crianza 2010-2011




En nuestra última visita a Bodegas Viña Real (Laguardia), adquirimos unas botellas de su vino más comercial y conocido, el Viña Real Crianza 2011 elaborado siguiendo un moderno ensamblaje riojano de Tempranillo, Graciano, Mazuelo y Garnacha Tinta, con 14 meses de barrica de roble. Ya tuvimos ocasión de probar hace unos meses el mismo vino de la añada anterior 2010, así que intentaremos en la presente entrada realizar una cata comparativa de ambos.


Viña Real Crianza 2010


El Viña Real Crianza 2010 se presenta en su habitual botella borgoñona, con cápsula y corcho natural de buena calidad. La etiqueta conserva el clasicismo típico de Cune, con el escudo de la bodega y su noble caligrafía. Visualmente es de un color picota de capa media, brillante y limpísimo. Ribete malva con asomo de teja. Lágrima muy abundante algo pigmentada de caída lenta y densa. Nariz de fruta negra y tostados suaves. Un poco cerrado al principio. En boca resulta muy redondo, equilibrado y perfecto. Aún mejor que en nariz. Postgusto especiado algo corto. Lástima que no persista más. Un vino estupendo.


Detalle de la etiqueta


Su sucesor, el Viña Real Crianza 2011 ha sufrido en su presentación exterior cierta modernización. El escudo de Cune ha desparecido de la etiqueta, cediendo el protagonismo a una litografía de la sala de fermentación de la bodega, con su característica forma de tina. La caligrafía sigue conservando aires clásicos, pero en ella se ha sustituido el tradicional color azul por el granate y el negro. También ha desaparecido la denominación "plata" en este vino, detalle que permitía diferenciar rápidamente una botella del crianza de una del Reserva, su hermano mayor, identificado con la denominación "oro". 

Una vez en la copa, se nos presenta de color rojo cereza de capa media-alta. Menisco granate y abundante lágrima algo pigmentada de caída lenta. Nariz con predominio de frutas rojas en licor y negras muy maduras, notas de crianza en roble y mentolados. En boca es integrado, con taninos maduros y amables, algo más astringente que el de 2010.


Viña Real Crianza 2011


Algo ha cambiado en este vino de un año al siguiente. Ha ganado potencia, intensidad y volumen en boca, a costa de perder un poco de equilibrio y un mucho de amplitud aromática. Son dos vinos completamente diferentes, de más fácil paso por boca el de 2010, más afrutado y ligero, con más cuerpo y postgusto más largo el de 2011. En realidad desconocemos si esta evolución tiene su origen en las diferencias climatológicas entre un año y otro, muy distintos entre sí, o si bien estos cambios obedecen a la voluntad del enólogo de "dar un giro" al mismo tiempo que se modificaba el etiquetado.

En cualquier caso, una magnífica oportunidad para disfrutar el doble de estos clásicos vinos riojanos.

Un valor seguro.




Detalle de la etiqueta