jueves, 21 de abril de 2016

> Bodegas Edra: la mineralidad del esfuerzo





En la primavera del año 2014, acompañamos a unos amigos a realizar la visita turística del Castillo de Loarre, probablemente una de las fortalezas del medievo mejor conservadas de toda Europa, no en vano fue elegida por Ridley Scott para rodar algunas escenas de su célebre película El Reino de los Cielos (2005), protagonizada por Orlando Bloom y Eva Green. Durante el tiempo que tuvimos que esperar hasta el comienzo de la visita, echamos un vistazo a la tienda, plagada de diversos artículos de merchandising de índole medieval, entre los cuales captó nuestra atención una exposición de botellas de vino, un poco fuera de lugar en aquel bazar dominado por las espadas, las armaduras y los libros de historia.




Curiosos como somos en materia enológica, adquirimos no sin cierta desconfianza, una botella de un vino de nombre aún más extraño: Grullas de Paso, elaborado por Bodegas Edra, ubicadas en la cercana localidad de Ayerbe, en base a un multitudinario ensamblaje de Cabernet Sauvignon, Garnacha, Merlot y Tempranillo. Una vez de regreso a casa lo descorchamos, hemos de reconocer que con algo de recelo, pero las sensaciones fueron muy agradables: frutal, vivo, con la barrica bien ensamblada, acidez correcta, apenas astringente, fresco, algo mentolado, redondo... Una grata sorpresa. Con posterioridad, hemos tenido la oportunidad de catar en un par de ocasiones este mismo vino y nuestras impresiones de cata han sido siempre excelentes. Sin prisa pero sin pausa, nos pusimos a investigar acerca de dicha bodega y fuimos recopilando información al mismo tiempo que movíamos los hilos necesarios, los cuales finalmente dieron su fruto en forma de visita exclusiva concertada un domingo por la tarde.


Charlando con Alex Ascaso en el exterior de Bodegas Edra


Recién llegado de una feria, nos recibió en la puerta de su bodega Alex Ascaso, la parte y el todo de Bodegas Edra. Amable y campechano en el trato, cualidades que sólo las gentes pegadas a la tierra tienen de forma innata, acostumbrado a viajar y locuaz en su conversación, comenzamos la visita escuchando a Alex narrar los principios de su proyecto allá por el año 1999. Hijo y nieto de agricultores, conocedor por tanto de las vicisitudes de la vida en el campo, con su título de Ingeniería bajo el brazo, decidió estudiar Enología en La Rioja, con la clara idea de retomar el cultivo de la vid en esta zona occidental de la provincia de Huesca regada por el río Gállego, un pequeño territorio que antaño fue un reino, el Reino de Los Mallos, dentro de otro reino, el Reino de Aragón.



La hiedra comenzando a brotar


En una suerte de matrimonio simbiótico con su esposa Àngels Castellarnau, arquitecta de profesión, ambos impulsaron un proyecto empresarial doble, una bodega y un estudio de arquitectura, bajo el nombre de Edra, vocablo aragonés que significa "hiedra". Àngels fue la artífice del diseño de la bodega, "innegociablemente a cota cero" en palabras de Alex y el prodigio arquitectónico se produjo. Dos naves erigidas en una planicie con el adecuado aislamiento y la indispensable orientación norte-sur, ayudadas por el recubrimiento externo de la hiedra de la que la bodega adopta el nombre, consiguen que las oscilaciones térmicas en el interior sean mínimas, independientemente de si en el exterior está helando o si se sobrepasan los 40ºC, esto último algo no demasiado infrecuente durante el verano.


Viñedo en espaldera. Mulching o acolchamiento con paja. 


Desde sus inicios la apuesta de Bodegas Edra supuso en cierto sentido "nadar a contracorriente", no sólo por las variedades de uva cultivadas (Syrah y Viognier) absolutamente novedosas en esa zona geográfica, sino también por su planteamiento calmado y paciente en el cultivo de la vid, respetuoso con la naturaleza, aplicando técnicas restrictivas de viticultura para disminuir el desarrollo de las vides y algunas otras próximas a los procesos biodinámicos tan de moda en la actualidad (poda en luna menguante, cobertura vegetal en viñedo, abonado orgánico, mínima aplicación de insecticidas, mulching, etc). Alguna licencia a la tecnología como el riego por goteo y el cultivo en espaldera fueron adoptadas con el único fin de controlar exhaustivamente la producción y la obsesión por obtener uvas de excelente calidad. La vendimia mecanizada no se comenzó a realizar hasta hace pocos años, después de dos episodios nefastos ocasionados por algún fenómeno meteorológico adverso en las vendimias de 2006 y 2009, arruinadas casi en su totalidad.


Sala de elaboración

Tienda


La bodega cuenta en la actualidad con 30 hectáreas de viñedo propio y no realiza adquisiciones de uva a otros productores. El vino comienza en la viña y llega a ser lo que el viticultor quiere que sea. Los vinos elaborados por Bodegas Edra incorporan lo que Alex denomina "mineralidad del sudor", esa mezcla de esfuerzo y pasión convenientemente aderezada con un punto de ensoñación e incluso de locura. Su teoría acerca de la influencia del carácter del enólogo a la hora de elaborar vinos resulta también interesante. Los vinos de Edra, los vinos de Alex, tienen una forma de ser y no es por casualidad. La prudencia y la cautela tanto en el cultivo como en la elaboración se sienten y se perciben al probarlos.


Lázarus Wine


Los inicios nunca son sencillos y precisamente en aquellos primeros pasos Bodegas Edra tuvieron la fortuna de contar con la asesoría del enólogo avulense Antonio Palacios, colaboración que a día de hoy continúa en un proyecto muy especial denominado Lázarus Wine, vino de "elaboración sensorial" junto con el  riojano Gonzalo Gonzalo, enólogo invidente dotado de un umbral de sensibilidad sensorial verdaderamente notable. Para la elaboración de este vino, la cata (de las uvas, del mosto y del vino) es la piedra angular de todo el proceso. Los parámetros laboratoriales habitualmente controlados (acidez, alcohol, etc) son ignorados por completo y se sustituyen por las apreciaciones sensoriales del enólogo. El resultado es un vino de elaboración única e irrepetible. Un vino mágico y sensitivo.


Sala de barricas de Bodegas Edra: el santuario...

El parque de barricas está integrado por aproximadamente 200 unidades de 300 litros de capacidad, un tamaño intermedio con un grado de tostado medio-bajo que aporta al vino notas de crianza sin eclipsar la carga frutal, verdadera obsesión de Bodegas Edra, siempre adquiridas a tonelerías de confianza, fabricadas con roble de origen francés, americano, chileno, ruso, húngaro, e incluso navarro. Todos los vinos tintos elaborados por Bodegas Edra disfrutan, en mayor o menor medida, de un periodo de estancia en madera. Dichos periodos de crianza varían de una añada a otra, porque en palabras de Alex "cada año la uva se expresa de una manera", de modo que la elaboración y especialmente la crianza en barrica "deben adaptarse a las condiciones de la uva y nunca al revés". Tampoco le duelen prendas al reconocer que algunos años decide no elaborar alguno de sus vinos si considera que no está a la altura de sus expectativas, demostrando sin lugar a dudas que tiene bien aprendido que "si difícil es llegar, más difícil es mantenerse". 



Vinos Edra y delicias-gourmet en un original packaging para regalar


Muestra de botellas en la tienda de la bodega

A excepción del Grullas de Paso que se comercializa en una preciosa botella borgoñona, todos los vinos se presentan en botella bordelesa. Probablemente en la siguiente añada, con el fin de optimizar embalajes y para favorecer la distribución en hostelería, se homogenizará la totalidad del botellero a bordelesa. Una lástima, porque la borgoñona del Grullas de Paso, en nuestra opinión, tiene mucho carácter y personalidad. Todas las etiquetas de las botellas de Edra han sido diseñadas por la artista gráfica de origen oscense Mapi Rivera, autora de fotografías, dibujos y vestidos. Confieren a los vinos de Edra un aporte de modernidad y de originalidad. A nadie dejan indiferente y son absolutamente inconfundibles.


Vinos Edra 


En cuanto al catálogo de vinos, Edra elabora un vino blanco llamado Edra BlancoLuz monovarietal de Viognier, uva francesa originaria del Ródano que ha encontrado en este rincón de Huesca un terroir ideal para su expresión. Una pequeña parte realiza la fermentación maloláctica en barrica, el porcentaje exacto forma parte del secreto del artista. Visualmente es de un amarillo pajizo muy limpio y brillante. Espectacular fase nasal, floral y sobre todo frutal (pera,manzana, piña, albaricoque). Atractivamente ácido, su paso por boca es fluido y cremoso, pero sorprende por su estructura y su postgusto como a frutos secos tostados. Tiene el honor de haber sido incluido en la carta de vinos del restaurante El Bulli de Ferrán Adriá. Casi nada...


Edición limitada del Grullas de Paso "San Lorenzo", patrón de Huesca


El ya comentado Grullas de Paso es el vino de mayor volumen de producción de la bodega. Ensamblaje de cuatro variedades tintas (Tempranillo, Garnacha, Merlot y Cabernet Sauvignon) toma lo mejor de cada una de ellas, resultando un vino fácil de beber, maridable y con mucha fruta. Los 4 meses de crianza en barrica le aportan algunos aromas terciarios muy atractivos y sirven para redondear un vino con una sorprendente capacidad de guarda, como bien pudimos constatar catando una botella de la añada 2011. 


Cuadro de Mapi Rivera que sirve de etiqueta para el Edra Merlot/Syrah


El Edra Merlot/Syrah es algo muy diferente. A pesar de su nombre incorpora un pequeño porcentaje de Cabernet Sauvignon y realiza maloláctica en barrica. Su crianza se extiende hasta los 7 meses. La proporción de cada una de las variedades de uva queda supeditada al criterio del enólogo. Pendiente de ser catado, esperamos mucho de él. Para terminar con los tintos de Bodegas Edra, haremos referencia a su vino top: el Edra XtraSyrah. Monovarietal de dicha casta, la uva con la que se elabora procede de una parcela concreta del viñedo, vendimiada manualmente con especial esmero. También realiza maloláctica en barrica y envejece durante 12 meses antes de ser embotellado.


Edra Garnacha Gris en la sala de barricas

Presentación del Edra Garnacha Gris en 2013. Fuente: heraldo.es


Tuvimos la oportunidad de catar un vino muy especial. El Edra Garnacha Gris es, en sí mismo, una rareza desconcertante. Se elabora con esa variedad prácticamente desaparecida, mutación genética natural de la garnacha tinta. En realidad la uva procede de una pequeña viña situada en la población zaragozana de Lécera, cuyo propietario nunca la había vinificado por separado del resto de la uva tinta... hasta que conoció a Alex. En Noviembre del año 2013 se presentó la primera añada de este vino tan distinto, capaz de despistar a muchos expertos, del cual se elaboran muy pocas botellas que prácticamente no llegan a comercializarse, ya que se destinan en su totalidad a coleccionistas, sumilleres y demás profesionales del mundo del vino. Visualmente se muestra de una coloración ambigua, ni blanco ni rosado, entre cobrizo y ambarino que puede remotamente recordar a un amontillado de Jerez. En nariz es una explosión de frutas cítricas y dulces (pomelo, mandarina, naranja, granada) muy maduras, incluso aparece algún recuerdo a frutas deshidratadas (orejones). En boca presenta una generosa acidez y un gran equilibrio. Largo postgusto muy duradero. Diferente y desconocido.

Vinos Edra. En primer plano el original Edra Garnacha Gris


Con las copas en la mano y charlando relajadamente fue avanzando la tarde hasta dar paso a un lluvioso anochecer, valiosa lluvia de inicio de primavera cuando las vides apenas han comenzado a brotar y a regresar a la vida. Agua y nutrientes que las plantas transformarán en uva, uvas que el buen hacer de Alex Ascaso transformará en vino. Vinos Edra elaborados sin prisa, al ritmo que la naturaleza, siempre sabia, aconseja e impone.

Sin lugar a dudas, cuando hablamos de vino, el tiempo parece detenerse...



martes, 12 de abril de 2016

> El Grillo y La Luna: cata en Tomevinos





Después de haber tenido ocasión de catar algunos de sus vinos en eventos anteriores, por fin se nos presentó la oportunidad de asistir en Tomevinos a una cata monográfica protagonizada por El Grillo y la Luna, quizás la bodega con el nombre más curioso que jamás hayamos escuchado. Adscrita a la DO. Somontano es probablemente, por sus técnicas de laboreo, vinificación y elaboración, una de las bodegas con más personalidad dentro de la citada denominación de origen.

Desde el año 2007 elaboran sus vinos de la gama 12 Lunas, siguiendo las técnicas de la denominada "viticultura delicada" (mínimo empleo de herbicidas e insecticidas, cobertura vegetal en viñedo, rendimientos inferiores a 5000 Kg por hectárea, etc). Se realiza regadío muy controlado exclusivamente con el fin de garantizar la superviencia de la vid, evitando en la medida de lo posible desarrollos foliares demasiado frondosos que dificulten la insolación de las bayas. La vendimia se realiza de forma mecanizada, de madrugada más que nocturna, para aprovechar las horas más frescas en torno al amanecer y optimizar así el transporte de la uva hasta las instalaciones de la bodega. No llega a ser una viticultura biodinámica, pero la bodega bebe de esas mismas fuentes y aplica muchas de esas técnicas.




No obstante, el gran proyecto vio la luz en 2009. Ese año se comenzaron a elaborar las primeras de las actuales 30000 botellas anuales de la gama Grillo, integrada a día de hoy por tres vinos: Cri Cri Cri, Grillo y Grillo SP, éste último también conocido como Supergrillo. Absolutamente cada detalle es importante en el proceso de elaboración de estos vinos. La uva procede de las mejores parcelas, con bajos índices productivos para conseguir mayor carga cromática y aromática final. Obviamente se realiza vendimia manual, cada finca y cada variedad por separado. Se intenta retrasar al máximo el momento de vendimia, persiguiendo obtener unas uvas hipermaduras, lo cual supone asumir cada año elevados riesgos económicos en caso de climatología adversa durante la fase final de la maduración. A la selección de racimos en el viñedo le sigue la selección manual en bodega, literalmente grano a grano (!!). Siempre que es posible se intenta retrasar el inicio de la fermentación incluso hasta 5 días, mediante la adición de nieve carbónica, para garantizar la máxima extracción de aromas y colores. Una vez transcurridos los 7-8 días de fermentación se pasa a realizar un prensado muy suave, con la copa en la mano, el cual se detiene cuando las impresiones de cata del enólogo así lo indican.




Una última rareza, por lo inhabitual de la técnica, es la denominada "fermentación integral", consistente en introducir algunas de las uvas seleccionadas directamente en barrica para realizar en su interior la fermentación. Diariamente hay que rotar las barricas varias veces, lo cual supone un esfuerzo en mano de obra considerable. La persecución de la máxima calidad parece siempre ser el último, y puede que el único, fin de esta bodega. Ni que decir tiene que se trata de la única bodega dentro de la DO. Somontano que realiza este tipo de fermentación, más cercana a la elaboración artesanal que a la producción propiamente dicha.

Los vinos elaborados en El Grillo y La Luna son muy particulares. A ello contribuye sin duda la asesoría del renombrado enólogo francés Michel Rolland. La bodega no incluye en sus etiquetados la duración de los periodos de crianza y los coupages empleados son diferentes en cada añada, convirtiéndose por tanto en vinos únicos y personales, vinos de autor en el sentido más puro. Dispone de parcelas repartidas por toda la comarca (Barbastro, Artasona y Monesma), con diferentes tipos de suelos y orientaciones, elegidos en función de la variedad de uva a cultivar en ellos. La bodega se abastece de viñedos relativamente jóvenes, con una edad media entre 15 y 30 años, algunos propios y también de otros viticultores, siempre muy disciplinados, dispuestos a seguir fielmente las indicaciones del enólogo de la bodega, animados no sólo por la generosa forma de pago de las uvas (por hectárea, no por kilogramos) sino también por el reconocimiento social que supone para esos viticultores poder hacer gala de haber sido los responsables del cultivo de la uva con la que se han elaborado estos prestigiosos vinos. 




A continuación detallaremos las notas de cata de los vinos que protagonizaron este interesante evento.

12 LUNAS BLANCO 2015
Chardonnay y Gewürztraminer (94-6)
Vinificación por separado. Sin paso por barrica, aunque con una sutil crianza sobre lías que le confiere cierta untuosidad que se manifiesta claramente en el postgusto. De color amarillo tenue, limpio y brillante. En nariz aparecen frutas de pepita (manzana, pera) y también tropicales (piña, albaricoque). Generosa acidez, lograda gracias a las habituales variaciones térmicas entre el día y la noche durante la fase final de maduración de la uva, característica propia del Somontano. Excelente en boca. Largo y muy agradable. Final con recuerdo a frutos secos y mantecado.

12 LUNAS ROSADO 2015
Syrah 100%
6000 botellas anuales. Se elabora con el sangrado y prensado delicado de la Syrah destinada a elaborar Grillo, hablamos por tanto de unas uvas de magnífica calidad. Visualmente es de un precioso color rojo fresa. Muy elegante en nariz incluso a copa parada. Fruta roja y negra (moras), embutido y pimentón, aromas habituales en esta sabrosa variedad de uva. Yogur de fresa y petit-suise. Marcada acidez. Algo carente de volumen y estructura. Final medio. Curioso por su originalidad. Encabeza la emergente tendencia en Somontano de elaborar rosados monovarietales de Syrah, con elevada carga cromática pero a la vez alejados de los ensamblajes Cabernet-Merlot-Tempranillo más habituales.

12 LUNAS TINTO 2013
Cabernet Sauvignon, Tempranillo, Garnacha, Syrah (52-32-13-3)
Vinificación por separado. 9 meses de crianza en barricas seminuevas de roble francés. Rojo picota de capa media con ribete granate y escasa lágrima no pigmentada. Fruta madura, café y regaliz en fase olfativa. Muy prometedor en nariz. Astringencia media y paso demasiado fluido. Nos hubiera gustado un poco más de estructura. Postgusto medio-largo. Rico y bien especiado. Muy redondo. Interesante pero sin llegar a enamorar.





CRI, CRI, CRI 2012
Syrah y Garnacha (50-50)
Vinificación por separado. Maloláctica en barrica. 13 meses de crianza en barricas nuevas de roble francés. Bonito color rojo picota de capa alta, con gran cantidad de lágrima muy pigmentada y ribete granate. Intensa fase olfativa. Ingente carga frutal, roja y negra. Mermelada de grosella negra, monte bajo y hierbas aromáticas. Coupage pionero en DO. Somontano. Algo licoroso. Astringencia media-alta bien integrada. Postgusto largo, ligeramente amargo y especiado. Excelente evolución en copa.

GRILLO 2010
Syrah, Cabernet Sauvignon, Garnacha, Merlot (44-35-14-7)
Vinificación por separado. Maloláctica en barrica. 13 meses de crianza en barricas nuevas de roble francés. Visualmente de color rojo picota de capa alta con ribete que insinúa teja. Gran cantidad de lágrima bien pigmentada. Ataque algo reductivo en fase nasal, con recuerdos fermentativos, como de quesería. Cárnico, rico en aromas terciarios y abundante fruta negra muy madura, casi en mermelada. Agradece oxigenación o decantación. Para tomarlo sin prisas. Fino. Redondo. Equilibrado. Exquisito.

El Grillo y La Luna. 

Inolvidables...




Nota:
En la redacción de la presente entrada se han utilizado imágenes compartidas en sus perfiles de Facebook por algunos de los asistentes al evento. Al tratarse de información pública no creemos que pueda existir ningún inconveniente. En cualquier caso queremos hacer constar nuestro agradecimiento a todos ellos.