martes, 31 de mayo de 2016

> Bodegas Tempore: vinos de pasión (y II)





En la anterior entrada dimos cumplido detalle de toda la información técnica que nos fue proporcionada durante la visita a Bodegas Tempore. Como no puede ser de otro modo, una vez concluida la visita propiamente dicha, fuimos invitados a catar algunos de sus vinos.

Comenzamos probando el Terrae SO2 Free 2015, tal vez el vino más original de la bodega. Se trata de un monovarietal de Garnacha de cultivo ecológico sin sulfitos añadidos. La uva es seleccionada a mano y se vinifica en ausencia de oxígeno con el uso exclusivo de levaduras autóctonas con "pie de cuba". La temperatura se controla exhaustivamente durante la fermentación en depósitos inertizados con nitrógeno y sin realizar remontados para evitar oxidaciones. Se realiza un embotellado rápido y sin filtrado. La clarificación se realiza con bentonita, una arcilla que permite obviar el empleo de proteínas de origen animal como la albúmina, gracias a lo cual el Terrae SO2 Free está certificado como "apto para veganos". Se trata del único vino en España de garnacha ecológica sin sulfitos. Visualmente es de un color rojo guinda de capa media con ribete azulado muy brillante y atractivo. Muy glicérico, presenta abundante lágrima densa escasamente pigmentada. En nariz predominan las frutas rojas maduras y en boca resulta muy agradable, ricamente ácido, fácil de beber, ágil y algo goloso. Su postgusto es largo y perdura en boca.


Terrae Finca Vasallo. Imagen promocional


Como contrapunto al anterior pasamos a catar el Terrae Finca Vasallo 2015, monovarietal de Garnacha procedente de la misma parcela vendimiada incluso el mismo día que el vino anterior, pero elaborado con sulfitos añadidos. Podríamos decir que es el "hermano mellizo" del SO2 Free, pero no su gemelo, porque  hay diferencias. Al realizar remontados durante su vinificación, gana en intensidad de color, como es lógico. Por contra, visualmente pierde algo de brillo y de frescura en boca. Sigue siendo muy correcto, pero sorprende menos por tratarse de un vino al que estamos más acostumbrados, podría decirse que es un vino más convencional.


Tempore Roble, en el centro de la imagen

Cambiando de uva, pasamos a probar el Tempore Roble 2013, monovarietal de Tempranillo con posterior crianza de 10 meses en roble americano, la mitad de las barricas nuevas y la otra mitad de segundo y tercer uso. Nada que ver con los dos anteriores. Rojo cereza de capa media-alta y ribete granate. Atractivo en fase nasal, frutas rojas y negras, regaliz, chocolate, toffe y especias. En boca resulta algo astringente y moderadamente ácido, aunque bien ensamblado. Seduce más en nariz. Tempranillo y roble americano, un emparejamiento clásico, no defrauda y recuerda a algún crianza riojano.


Proyecto generación


Por último, tuvimos la ocasión de conocer de primera mano el denominado Proyecto Generación. Se trata de una nueva colección de cuatro vinos, de los que por ahora hay comercializados dos: el Generación 73 (100% Garnacha) y el Generación 76 (100% Tempranillo), ambos con 2 meses de permanencia en barrica nueva de roble francés de 500 litros de capacidad, respetuosa con la fruta a la vez que dadivosa en aromas terciarios. Los nombres corresponden, respectivamente, a los años de nacimiento de Paula y Víctor Yago. Más adelante verán la luz el Generación 46 y el Generación 20, vinos más complejos y con permanencias en barrica más prolongadas, en honor a los años de nacimiento de su padre y su abuelo, primera y segunda generación de Bodegas Tempore. Transcribimos una cita extraída de la publicidad de Bodegas Tempore. Nadie como ellos para describir su nueva colección... 

"Generación es romper con lo que nos enseñaron, es el viñedo en la bodega sin artificios, sólo la esencia de nuestras cepas y nuestras vidas, es la combinación perfecta de pasión y metodología, es la capacidad de fusionar la inmensidad de lo vivido durante cuatro generaciones en una copa de vino..."



Generación 76 y Generación 73


La presentación es imponente: botella borgoñona de excelente calidad y un etiquetado muy atractivo, con el retrato en primer plano de unos de los miembros de la familia Yago ligeramente modificado, entremezclando naturaleza y rostro humano, para evocar algo a medio camino entre una deidad y un ser mitológico. El Generación 73 luce orgulloso el adhesivo que le acredita como ganador de una medalla de oro en el recientemente celebrado Concurso Mundial de Garnachas, al igual que su "hermano" Generación 76 consiguió idéntico reconocimiento en el concurso Challenge Millésime Bio 2015. Esto promete... El elegido para la cata fue el Generación 73, monovarietal de Garnacha como ya hemos indicado. Visualmente de color rojo cereza de capa media-baja y ribete rubí. A copa parada nos recibe un seductor aroma a caramelo y azúcar quemado proveniente de la barrica. Desaparece tras la agitación en copa, se diluye y deja paso a frutas rojas dulces y suaves. En boca resulta poco estructurado, es un vino de trago largo y fácil, eminentemente frutal pero con el valor añadido del roble francés nuevo. Final algo corto. Un concepto novedoso para todos aquellos aficionados interesados en disfrutar del vino sin tediosas descripciones de cata, un vino destinado al público joven, un vino para beber y compartir que no necesita de armonizaciones culinarias muy elaboradas. 





De la tradición a la modernidad y del pasado al futuro. Bodegas Tempore demuestran la más perfecta de las adaptaciones a los nuevos tiempos dentro del mundo del vino, nuevos tiempos que ya son una realidad a día de hoy. Les esperan grandes logros, porque como reza en una de las paredes de la bodega, sólo pueden premiarse con el éxito aquellos trabajos que se realizan con respeto y se persiguen con pasión.

Tierra, tiempo y vinos.

Vinos Tempore...




martes, 24 de mayo de 2016

> Bodegas Tempore: vinos de pasión (I)




En la década de los 50 del pasado siglo, la localidad de Lécera contaba con una docena de bodegas familiares que abastecían de vino a Zaragoza capital. Por supuesto, en aquellos años de la posguerra, se trataba de vinos recios, agrestes y poco domados, en los que primaba el grado alcohólico, algo nada difícil de conseguir en una comarca como el Campo de Belchite donde los veranos eran (y son) tórridos hasta extremos insospechados. Aunque en realidad la verdadera fuente de sus ingresos fuera el cultivo de cereal, la práctica totalidad de las familias leceranas contaban con una viña para su propio consumo. Así fue durante más de 25 años, pero en la década de los 80, la emigración hacia la ciudad en busca de oportunidades laborales, particularmente de la población  más joven, derivó en el abandono de muchas de esas viñas, si no terminó, en el peor de los casos, con el arrancamiento de las mismas para transformarlas en campos de cereal. De esa manera se perdieron un número indeterminado de cepas viejas, algunas centenarias, de la variedad autóctona por excelencia: la garnacha.


Retrato de la familia Yago Aznar


La familia Yago Aznar no fue una excepción. El cultivo de cereal fue desde siempre su forma de ganarse la vida, pero en una sincera demostración de apego a la tierra y a la labor de sus antepasados, aderezado con una pizca de romanticismo quizás algo irracional, decidió conservar su viñedo. Y no sólo conservarlo, sino que se aumentó la superficie destinada a las vides, se mejoraron las modalidades de cultivo y se implementaron las técnicas de vinificación hasta entonces un tanto rudimentarias y artesanales. Así en el año 1999 se instaló el primer viñedo en espaldera y tres años más tarde veían la luz Bodegas Tempore, al frente de las cuales están hoy en día Víctor y Paula Yago Aznar, hijos y nietos de viticultores.



Paula Yago durante la explicación



Catálogo de vinos. Bodegas Tempore



Ya desde su nacimiento Bodegas Tempore tuvieron una clara vocación exportadora, sabia decisión a la que contribuyó y mucho la formación en marketing y comercio exterior de Paula Yago. Su hermano Víctor lidera y dirige las acciones "de puertas adentro" de la bodega, siendo sus principales responsabilidades el mantenimiento y la mejora de las 80 hectáreas de viñedo así como la totalidad del proceso de elaboración de los vinos. Tempore pone en el mercado unas 400.000 botellas al año, mayoritariamente fuera de España y está presente en los cinco continentes. Meritorio...


Gama Terrae



Viñedo en espaldera


Dos son las variedades de uva que se cultivan: Tempranillo y Garnacha. De esta segunda casta se dispone de 15 hectáreas de viñas viejas, son la joya de la corona y corresponden a aquella viña que resistió desde los años 50. Un poco en el mismo sentido que otras bodegas, existe un proyecto apenas iniciado, para cultivar Garnacha Blanca, variedad autóctona en recuperación con un potencial aromático enorme, que podría convertirse en el primer vino blanco elaborado por Bodegas Tempore. Las 80 hectáreas de viñedo, incluso la Garnacha cultivado en vaso, disponen de riego por goteo, herramienta indispensable para poder garantizar la supervivencia de las plantas y la correcta maduración de las bayas. No olvidemos que en esta zona en verano pueden sobrepasarse los 40ºC de máxima, y a esa temperatura las uvas llegan a pasificarse incluso antes de alcanzar la maduración. Es imprescindible el aporte controlado de agua para mantener hidratados esos frutos, incluso ha habido años en que el goteo se ha mantenido hasta el día anterior a la vendimia. Los suelos son pobres de tipo arcilloso y la altitud media ronda los 500 metros. 


Foto de grupo


Galardones internacionales obtenidos por Bodegas Tempore

Con el mercado exterior en el punto de mira, la certificación obtenida como cultivo ecológico fue absolutamente indispensable para Bodegas Tempore. En realidad la certificación supuso el reconocimiento a las buenas prácticas vitivinícolas que desde sus orígenes la bodega decidió aplicar. Mínimo laboreo, abonado orgánico natural cada dos años, cubierta vegetal autóctona en las calles del viñedo, sin fitosanitarios, etc. La poda suele ser enérgica para obtener racimos más numerosos y más pequeños, característica que garantiza una adecuada aireación entre ellos y una insolación homogénea. La vendimia es mixta, manual para las vides en vaso y mecánica nocturna para las vides en espaldera. Siempre se realiza la fermentación en depósito de acero inoxidable con temperatura controlada, cada variedad por separado, incluso algunas parcelas de forma independiente. Se emplean exclusivamente levaduras autóctonas y en algunas ocasiones se realiza una técnica denominada pie de cuba. Dicha técnica consiste en dejar en un recipiente a temperatura ambiente unos 50 kilogramos de uva durante un tiempo variable hasta que se inicie la fermentación de forma espontánea. El resto de la uva se mantiene refrigerada en el depósito (prefermentación), a la espera de ser "inoculada". Una vez que se realiza la mezcla de ambas, la fermentación se extenderá por el contenido de todo el depósito. Tras los remontados se procede al vaciado de cada depósito, obteniéndose el "vino flor", el de mayor calidad. El prensado del sombrero dará el "vino de prensa". Ambos tipos de vino nunca se mezclan, tienen diferentes características y sus destinos son distintos.


Depósitos de vendimia

Sala de elaboración


Existe una curiosidad en los vinos de Tempore. Los Tempranillos realizan, como es habitual, una segunda fermentación llamada maloláctica también en depósito. Sin embargo, las Garnachas no suelen hacerla, debido a su bajo contenido en ácido málico, característica propia de esta zona geográfica. Particularmente, algunos vinos de Garnacha deciden realizar maloláctica en barrica por propia iniciativa: algunas barricas sí y otras no, no hay una regla fija, sin influencia aparente del tipo de barrica, su edad ni su grado de tostado. Tal circunstancia no tiene ninguna consecuencia negativa, simplemente forma parte de la magia del vino...


Sala de barricas

Barrica de roble americano


Se utilizan barricas de roble americano para los Tempranillos, necesitados de algo más de intensidad durante la crianza, al más puro estilo riojano, mientras que para las Garnachas se usa el roble francés, más sutil y respetuoso con la fruta, mucho más adecuado para esta variedad. En cualquier caso, los vinos de Bodegas Tempore no se caracterizan por largos periodos de permanencia en barrica. El Tempore Viña Centuria, monovarietal de Garnacha, ostenta el título de ser el vino que más tiempo pasa en roble francés, en torno a los 12 meses, seguido del Tempore Roble, monovarietal de Tempranillo que tiene una crianza de 10 meses en roble americano y del Terrae Mas de Aranda, monovarietal de Garnacha con 4 meses en roble francés. El resto de vinos del catálogo son considerados vinos jóvenes, sin permanencia en barrica aunque con prolongados periodos de redondeo en botella antes de ser comercializados, con la única excepción de los vinos pertenecientes al atractivo Proyecto Generación del que hablaremos en la siguiente entrada.


Proyecto Generación



jueves, 19 de mayo de 2016

> Visita y cata en el viñedo: Bodegas Solar de Urbezo





Las actividades de enoturismo son entendidas, hoy en día por la mayoría de las bodegas, como un capítulo más dentro de la publicidad y el marketing. A decir verdad, las explicaciones en las salas de elaboración  y los paseos por las naves de barricas están en la actualidad de sobra amortizados. No es extraño escuchar la misma charla en bodegas separadas por kilómetros de distancia. Incluso los vídeos corporativos guardan entre sí llamativas similitudes, lógicas por otra parte. En ese sentido, hay un antes y un después a la incorporación en los últimos meses de las visitas técnicas a los viñedos, opción que nos parece el mayor de los aciertos, todo un salto cualitativo que satisface la curiosidad de los aficionados más interesados, a la par que inculca la importancia del cultivo y de las buena prácticas vitivinícolas. El vino empieza en el viñedo... y eso hay que demostrarlo.

Garnachas plantadas en vaso

Winelovers a pie de viñedo


De manera que cuando tuvimos conocimiento de las nuevas actividades enoturísticas diseñadas por Bodegas Solar de Urbezo (Cariñena), no dudamos un instante en tomar partido en una de ellas. Acudimos a la hora convenida al encuentro del personal de la bodega y nos dirigimos primero por carretera y después por camino a visitar una pequeña porción de las 100 hectáreas de viñedo propiedad de Solar de Urbezo. Las interesantes y amenas explicaciones del propietario de la bodega D. Santiago Gracia, un torrente de información y de energía vital a partes iguales, comenzaron incluso antes de bajar del coche. Nos mostró las cepas viejas de Garnacha plantadas en vaso que deben vendimiarse a mano, los viñedos de desarrollo más adelantado, Chardonnay, Merlot y Syrah, los de Cabernet Sauvignon de desarrollo más tardío, los de Tempranillo, la mayoría de ellos plantados en espaldera para optimizar la vendimia, así como un par de viñedos de variedades blancas de reciente plantación con las que se tiene pensado elaborar en el futuro vinos verdaderamente originales.



Urbezo Chardonnay y Viña Urbezo 2015


En la actualidad, Bodegas Solar de Urbezo ha obtenido satisfactoriamente la certificación de ecológicos para algunos de sus vinos, concretamente para el Urbezo Chardonnay, el Urbezo Rosado y el Viña Urbezo Tinto. Se trata de tres vinos jóvenes sin paso por barrica, para cuya elaboración se siguen las normas más estrictas de respeto al medioambiente en el cultivo, teniendo como objetivo la mínima injerencia de la mano del hombre a lo largo de todo el proceso de vinificación. No se emplean herbicidas, más bien al contrario: la cobertura vegetal del viñedo reduce las pérdidas hídricas en superficie y compite con las raíces de las vides, estimulando su desarrollo en profundidad, para lograr lo cual Solar de Urbezo ha patentado un "cóctel de gramíneas autóctonas" con el que se siembran las calles de los viñedos. Asimismo, dicha cobertura herbácea sirve también de cobijo a los depredadores naturales de los insectos que atacan a la vid, en especial algunas polillas, así se evita el empleo de plaguicidas de cualquier tipo, tan sólo algunas técnicas mínimas de "confusión sexual" basadas en el uso de feromonas son necesarias para mantener el viñedo libre de plagas. 

Viñedo de Merlot

Don Santiago haciendo una demostración de "poda en verde"


En el momento de nuestra visita, el personal de campo de la bodega estaba inmerso en la realización de la denominada "poda en verde", procedimiento consistente en limpiar cada tronco y cada brazo de todas y cada una de las vides, arrancando esos pequeños brotes que restarían vigor a la planta en caso de no efectuarse adecuadamente. La "poda en verde" se denomina así porque debe realizarse en el momento en que la planta ha salido ya de su letargo, de hacerlo durante el invierno, las heridas causadas no cicatrizarían convenientemente y sería fatal para la planta. A pesar de la lluvia caída durante la noche anterior y de la generosa cantidad de barro presente en las lindes de los viñedos, no tardó don Santiago en demostrarnos la manera óptima de realizar dicha "poda en verde", y de haber tenido varios pares de guantes, con certeza nos hubiera convencido para limpiar varias plantas de Merlot, al parecer una de las variedades más frondosas e incómodas en ese sentido de las que dispone la bodega. 



Paraje Urbezo



A medio plazo, Solar de Urbezo aspira a conseguir la calificación como "bodega de pago", para lo cual los trámites se han iniciado hace ya bastante tiempo. Dicha certificación supondría el reconocimiento por parte de la administración de las particularidades orográficas, edafológicas y climáticas de los viñedos que hoy en día se extienden en el conocido como Paraje Urbezo. Aunque las cosas de palacio siempre suelen ir despacio, es nuestro deseo que así sea lo antes posible y que los vinos del futuro Pago Urbezo sean pronto una realidad.


Foto de grupo. Fuente: Facebook de la bodega

Catando en pleno viñedo. Sin duda, el detalle de calidad de la visita.


Al lado de ese viñedo de Merlot en el que poco nos faltó para empezar a podar, la bodega organizó la cata más estimulante a la que jamás hayamos asistido. Con los pies metidos en la tierra húmeda nos sirvieron el primer vino del día. El Urbezo Chardonnay 2015 se presentó visualmente de un tenue color amarillo pajizo, limpio y brillante. En nariz se pudo apreciar su contenido en aromas cítricos y a frutas de hueso (albaricoque y ciruela). En boca se mostró ricamente ácido, muy refrescante, nada empalagoso, muy ligero y alegre, con un final largo, interesante y misteriosamente salino, que parecía recordar a frutos secos y que trajo a nuestra memoria vinos blancos de orígenes atlánticos. Un inmejorable inicio... 

Percibiendo aromas. Fuente: Facebook de la bodega


A continuación tuvimos la oportunidad de realizar una cata comparativa del Urbezo Rosado 2014 y 2015, ambos monovarietales de Merlot con la única salvedad de que el de la añada 2015 goza de la calificación de ecológico. Visualmente las diferencias son notables: si el 2014 conserva el color fresa madura más tradicional, el 2015 ha adoptado un color más atenuado muy del gusto actual. En nariz el 2015 es una delicia: obviamente hay fruta roja, pero aparece un recuerdo a melocotón novedoso y original, por contra el 2014 presenta indicios de reducción que obligan a un intenso trabajo de oxigenación y agitación en copa. Ambos resultan atractivos en fase gustativa, más gastronómico el 2014 y con un postgusto más complejo el 2015.





No hay como catar vinos entre amigos...


Cerramos la cata en el viñedo probando el Viña Urbezo 2015, tinto joven elaborado mediante la técnica de maceración carbónica que resulta del ensamblaje de Garnacha, Tempranillo y Merlot, desplazando del coupage a la Syrah habitual en añadas anteriores. De un sensacional color rojo guinda con ribete azulado y abundante lágrima, se muestra en nariz abierto y rico, cargado de fruta roja y especias blancas con algún recuerdo a azúcar quemado y caramelo muy interesante. Amable paso por boca, adecuadamente astringente y atractivamente ácido que invita a tomar otro sorbo. Final medianamente persistente de nuevo muy frutal. Nuestro favorito del día. Una grata sorpresa.


Vinos jóvenes Solar de Urbezo

Una vez concluida la cata en el viñedo, regresamos a las instalaciones de la bodega para continuar con la visita, digamos, más habitual. La proyección de un completo audiovisual, en la misma sala en la que más tarde realizaríamos la cata de dos vinos más, nos permitió conocer desde dentro los procedimientos técnicos de la bodega. Un detalle interesantísimo y, en nuestra opinión, piedra angular de la filosofía de Solar de Urbezo, es el hecho de que cada variedad de uva se elabora y vinifica por separado. Teniendo en cuenta que cada uva se vendimia en una fecha diferente (según su fase óptima de maduración y climatología del año en concreto), que la duración de las maceraciones y fermentaciones difiere entre las uvas blancas y las tintas, si a ello añadimos las modestas dimensiones de la sala de elaboración y que por motivos técnicos evidentes algunas maquinarias deben emplearse para todas las variedades de uva, el resultado es un tremendo quebradero de cabeza de varios meses de duración. 


Vinos Urbezo listos para la cata


Los vinos que cerraron la visita a Solar de Urbezo fueron dos tintos con crianza en roble. El Urbezo Vendimia Seleccionada 2010 fue nuestro favorito en la visita de hace unos meses. Garnacha, Cariñena, Syrah y Cabernet Sauvignon. Rojo picota de capa media-alta con lágrima pigmentada y ribete granate. Interesante fase nasal, aromático y atractivo. Fruta negra (ciruelas, higos secos, pasas de Corinto), vainilla y otras especias dulces. La maloláctica en barrica se hace notar en nariz, le da una gran personalidad. En boca es integrado y sabroso, con plenitud pero sin opulencia. Astringencia media muy bien trabajada. Postgusto medio, con recuerdos a regaliz negro, ahumados y pimentón. Magnífico resultado el de este novedoso ensamblaje de castas autóctonas y foráneas. La crianza en barrica durante 12 meses acompaña sin ocultar la deliciosa carga frutal. Un vino que crece en la copa. 


Cata en las instalaciones de la bodega


La degustación de su "hermano mayor" fue el broche de oro a la visita. Una vez que se agoten las botellas de Urbezo Gran Reserva, vino que según nos informó don Santiago a medio plazo probablemente vaya a desaparecer del catálogo de la bodega, eUrbezo Reserva 2008 se convertirá en el vino top de la bodega. Ensamblaje de Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah, es visualmente de un color rojo cereza con ribete granate que insinúa teja por momentos.  En nariz, tras un ataque algo alcohólico, se muestra la fruta negra muy madura, casi en mermelada. Balsámicos, tostados, chocolate, café y cuero. Un festival de terciarios. En boca resultó ser el vino más difícil de la mañana, un vino de gran complejidad, muy gastronómico, complicado de apreciar sin el acompañamiento de alguna comida contundente. En todo caso, un vino interesante. Para reevaluar en futuras catas.






Es algo evidente que para las bodegas la realización de este tipo de visitas supone un esfuerzo mayor, en cuanto a personal y a tiempo invertido. Tampoco pensamos que la rentabilidad económica a corto plazo deba ser el incentivo para realizar estos eventos, más bien debe encuadrarse en el diseño de una estrategia futura de posicionamiento en lo que nos gustaría denominar como "enoturismo de calidad". 

Y en ese sentido Bodegas Solar de Urbezo ya ha dado un paso adelante. 

Nuestra más sincera enhorabuena...





jueves, 12 de mayo de 2016

> "La vie en rose..."




Aprovechando la festividad de San Jorge, decidimos organizar una pequeña escapada rural. El destino seleccionado fue la zaragozana localidad de Lécera, a escasos 60 minutos de la capital, y elegimos como base de operaciones el Hotel Rural El Rincón del Cierzo, establecimiento hostelero regentado por la familia Sauras-Molines al completo. Gracias a su trato cercano y a la cordialidad más natural logran que el cliente recién llegado se sienta, en cuestión de minutos, como en su propia casa. 




Fuente: www.rincondelcierzo.com

El hotel cuenta con 10 habitaciones deliciosamente decoradas, cada una a su manera. Algunas piezas y adornos originales del norte de África conviven con muebles antiguos perfectamente restaurados, logrando un resultado sumamente acogedor. Las habitaciones se distribuyen en una construcción en forma de L que abraza un patio central con una fuente, un jardín, un huerto y una pequeña piscina cubierta. El restaurante anexo y una pequeña tienda completan el conjunto, perfecto para familias con niños, característica mayoritaria aunque no unánime entre los integrantes de nuestro grupo. Una gran estancia denominada "El Pajar", decorada a modo de bodega, con chimenea, cocina completa, televisión y equipo de música puede contratarse de manera independiente a las habitaciones y resulta ideal para celebrar comidas, meriendas u otro tipo de eventos. Obviamente, en este caso el evento a celebrar fue una cata...

Los cinco vinos protagonistas

Con la primavera a las puertas y conocedores de los gustos de algunos de los asistentes, más concretamente las del género femenino, optamos galantemente por diseñar una cata monográfica de rosados. El reto consistió en seleccionar unos vinos lo suficientemente distintos entre sí como para poder apreciar sus diferencias. Elegimos exclusivamente vinos monovarietales, para no desvirtuar las características de cada variedad de uva a la hora de elaborar vinos tan delicados como son los rosados.

Detallaremos a continuación las notas de cata de los cinco vinos protagonistas.


"El Pajar": improvisada sala de catas


Care Solidarity Rose


CARE SOLIDARITY ROSE 2015
DOp. Cariñena. Bodegas Care (Cariñena)
100% Tempranillo
Vino solidario del que ya hablamos en una entrada anterior. Rosado tenue algo afrancesado muy del gusto actual, elaborado mediante una breve maceración de 2-4 horas. Original color piel de cebolla con reflejos azulados. En nariz se detectan aromas de tipo fermentativo, como de quesería y yogur, también flores marchitas y caramelos de nata-fresa. En boca tiene una rica acidez muy agradable, con un paso fluido y fácil. Breve final más bien poco evocador. Un vino aún muy joven, al que hay que concederle como máximo un par de meses en botella, sin olvidar que se trata de un vino de consumo inmediato. Un vino fácil de beber, ideal para comenzar la cata.

Inicio de la cata

Coloma Rose

COLOMA ROSE 2014
VT. Extremadura. Bodegas Coloma (Badajoz)
100% Pinot Noir
Vendimia nocturna a principios de Agosto, realizarla más adelante sería arriesgarse a perder la cosecha de Pinot Noir. Puede que sea uno de los primeros vinos europeos en salir al mercado cada año. Breve maceración de 6 horas para obtener el color deseado. Fermentación en depósito. Más delicadeza es imposible. Visualmente es de un rosa de capa intermedia con ribete plateado. Fase nasal rica en frutos rojos (fresas, frambuesas) y también en notas florales. Curioso recuerdo especiado y aromático que puede recordar a algún tipo de té o infusión similar. En boca es un espectáculo. La entrada es dulce y la acidez más que agradable, dando una magnífica sensación de frescura. Aparece en fase gustativa un inesperado e inconfundible aroma en boca (sí, en boca...!) a melocotón, ausente en nariz. Nos sorprende y regresamos a fase nasal, pero ahí no está. Volvemos a probar en boca y se muestra de nuevo el melocotón, aún más intenso. Magia hecha vino. Increíbles sensaciones. Para enmarcar. 

Máxima concentración durante la  fase olfativa


12 Lunas Rosado


12 LUNAS ROSADO 2015
DO. Somontano. Bodegas El Grillo y La Luna (Barbastro)
100% Syrah 
Se elabora con el sangrado y prensado delicado de la Syrah de mayor calidad, destinada a elaborar el vino top de la bodega. Visualmente es de un precioso color rojo fresa. Muy elegante en nariz incluso a copa parada. Fruta roja y negra (moras), embutido y pimentón, aromas habituales en esta sabrosa variedad de uva. Yogur de fresa y petit-suise. Marcada acidez. Algo carente de volumen y estructura. Final medio. Curioso por su originalidad. Muy equilibrado. Encabeza la emergente tendencia en Somontano de elaborar rosados monovarietales de Syrah, con elevada carga cromática pero a la vez alejados de los ensamblajes Cabernet-Merlot-Tempranillo más habituales.


Algunos más atentos que otros durante las explicaciones...

Cierna Rosado


CIERNA ROSADO 2015
DO. Somontano. Bodegas Sommos (Barbastro)
100% Syrah
Rival directo del anterior, por variedad de uva empleada y por sensaciones de cata. Inmejorable relación calidad-precio. Bonito color rojo fresa intenso. Explosión de frutas rojas en nariz, especialmente tras agitación en copa. Piruleta de fresa. Acidez media. Final medio, tal vez algo más amargo que el anterior. Competitivo.


Aromas y colores


Enate Rosado


ENATE ROSADO 2014
100% Cabernet Sauvignon.
El vino más querido de Bodegas Enate, como bien pudimos constatar en nuestra visita hace unos meses. Visualmente de un intenso y vivo color rojo fresa con reflejos plateados. Fase nasal rica en fresas y frambuesas. Fondo mentolado y algo herbáceo. En boca es intensamente ácido, muy agradable, equilibrando perfectamente su contenido alcohólico nada desdeñable. A diferencia de la cata realizada en aquella visita del mes de Septiembre, en esta ocasión no apreciamos ese postgusto como de sidral atribuible al resto de carbónico, plenamente integrado en el vino tras varios meses más en botella. Un vino muy gastronómico, armonizable casi con cualquier plato, capaz de acompañar una comida de principio a fin, desde el aperitivo hasta el postre, pasando por el pescado e incluso por la carne. Un valor seguro.


Vinos y sonrisas, entre amigos...


En cuanto a las valoraciones de cada vino posteriores a la cata, podría decirse que no hubo un claro ganador. Los gustos y preferencias personales de cada uno primaron sobre la posibilidad de consensuar una opinión mayoritaria. Posiblemente el Cierna Rosado, aún sin recibir ninguna crítica negativa en cuanto a elaboración y notas de cata, fue de todos el vino menos valorado, claro que tuvo la mala suerte de tener que competir directamente con el 12 Lunas Rosado (misma uva, misma procedencia, etc), tratándose de dos vinos con precios muy dispares. El Solidarity Rose tuvo defensores y detractores a partes iguales, algo esperado en un vino tan particular, con esa fase nasal rica en aromas secundarios y esa capa rosa tenue tan baja. El Enate Rosado recibió las alabanzas habituales, un vino muy completo y perfectamente elaborado que muestra exactamente lo que se espera de él, ya no nos sorprende pero siempre agrada y nunca falla. 

Con total seguridad el vino más sorprendente, sobre todo en fase olfativa y retronasal, fue el Coloma Rose, con esos aromas a melocotón tan inesperados que hicieron las delicias de todos, en especial de una de las asistentes (alérgica al melocotón, para más señas) que pudo, gracias a este vino extremeño, volver a experimentar sabores que por preservar su propia salud tenía absolutamente prohibidos. A pesar de ello, este monovarietal de Pinot Noir tampoco se alzó con la victoria. Su voluptuosidad aromática resultó en general excesiva a medio-largo plazo y dificultó la armonización con la comida, algo que sin embargo se realizó de manera mucho más satisfactoria con el Enate Rosado y el 12 Lunas Rosado, ganadores ex aequo de esta divertidísima cata.

Porque aunque muchos se empeñen en negarlo, hay ocasiones en que la vida sí que es color de rosa...

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