sábado, 30 de diciembre de 2017

> Cata de "vinazos" en Coopervinos





Ultima cata para cerrar este año 2017, en parte también para dar la bienvenida a la nueva denominación Coopervinos, hasta ahora bajo la marca de una franquicia nacional y que recientemente ha comenzado su singladura por cuenta propia. Nuestros mejores deseos para el futuro tras esta importante y acertada decisión empresarial. 

Y como las cosas que lo merecen hay que celebrarlas siempre con buenos vinos, la propuesta para este evento con sabor a año nuevo y a proyectos futuros se fundamentó en cinco tintos de alta gama, cinco auténticos "vinazos" perfectos para las grandes ocasiones.

Vamos allá...


Imagen promocional. Fuente: www.gonzalezbyass.com

SECASTILLA 2013
Bodegas Viñas del Vero. Barbastro (Huesca) DO. Somontano
100% Garnacha. 
10 meses de crianza en barricas de roble francés.
Curiosa expresión la de esta garnacha cultivada en el valle que le da nombre, a bastante altura y muy al norte en relación a otras zonas geográficas. Picota de capa media-alta con ribete granate. Acidez media. Fruta roja y guindas al marrasquino (chocolate, licor). Pimienta y quesería. Astringencia media. Postgusto largo. Algo alcohólico. Premiado recientemente como mejor vino tinto español del año en el International Wine Challenge. Y con buen criterio...

Imagen promocional. Fuente: www.gomezcruzado.com

CERRO LAS CUEVAS 2014
Bodegas Gómez Cruzado. Haro (La Rioja) DOc. Rioja
Tempranillo y Graciano (95-5)
18 meses de crianza en barricas de roble francés.
Rojo picota de capa media-alta con ribete rubí. Algo cerrado aunque no reducido de inicio. Frutas rojas y vainilla. Habla en voz baja pero dice muchas cosas y muy interesantes. Voluminoso y estructurado. Redondo, sedoso, espectacular en boca. Cremoso e integrado. Un rioja moderno y actual. Posiblemente el mejor tinto en fase gustativa que hemos probado a lo largo de este año 2017.


Imagen promocional

LA HORMIGA 2015
Bodegas Antídoto. San Esteban de Gormaz (Soria). DO. Ribera del Duero. 100% Tinta del País. 
18 meses de crianza en barricas de roble francés.
Soria ha sido siempre la gran desconocida. Tradicionalmente a la sombra de Burgos y Valladolid, capitales "históricas" de la DO, es en la actualidad la tierra prometida de los vinos más modernos y diferentes dentro de Ribera del Duero. Rojo cereza de capa alta con ribete cardenalicio. Delicioso en nariz. Caramelo de café con leche, flores azules y frutas rojas. Acidez notable. Menos voluminoso de lo esperado. Final medio de fruta y torrefactos. Un buen vino que sin embargo no llega a enamorar en fase gustativa.


Imagen promocional

APONTE 2008
Bodegas Frontaura. Toro (Zamora). DO. Toro
100% Tinta de Toro. Cepas prefiloxéricas plantadas en vaso con bajos rendimientos por hectárea. 20 meses de crianza en barricas de roble francés.
Rojo picota de capa más que alta con menisco teja. Fruta negra, chocolate, ciruela pasificada e higos secos. Mermelada de naranja amarga. Cebollino y tabaco rubio. Sabroso final de duración media. Empaña visualmente el resultado final en copa la decisión de la bodega de no filtrar. En perfecto estado a pesar de su edad.



TORRE DEL FALASCO AMARONE
Cantina Valpantena. Verona (Italia). DOC. Valpolicella
Corvina Veronese, Corvinone y Rondinella. .
Elaborado siguiendo la técnica tradicional de "appassimento naturale", dejando secar parte de las uvas para incrementar su contenido en azúcar. Crianza posterior en madera ("affinato in legno"). Granate de capa media-baja con ribete ladrillo. Fruta negra, especias, trufa blanca. Cárnico y sanguíneo. Ataque semidulce en boca. Marcadamente ácido y alcohólico. Sabrosísimo y muy diferente. Complejo y difícil de maridar, pero no importa, lo tomaremos solo... 

A todos los que habitualmente seguís nuestras publicaciones, desde Los Vinos Pausados queremos haceros llegar nuestros mejores deseos para este próximo 2018.

¡Feliz Año Nuevo!



jueves, 21 de diciembre de 2017

> Wine Up Tour 2017: Cena maridada en Restaurante Idílico





Fiel a su cita de mediados de Noviembre, recaló en Zaragoza el Wine Up Tour de Joaquín Parra, embajador de numerosas bodegas españolas. No sólo por la amistad que nos une a él, nos atreveremos a afirmar que en materia enológica es un verdadero soplo de aire fresco y de renovación en el panorama de los aficionados al mundo del vino de la capital aragonesa. Año tras año, su presentación no defrauda jamás y nos permite conocer vinos a los que de forma habitual no tendríamos acceso.

En el año 2016 se cambió el formato de cata estricta por el de cena maridada, más relajada que didáctica, así se ha mantenido en la edición de 2017 y suponemos que también en años venideros, a tenor del éxito obtenido. Sin embargo, algunos cambios sí que hemos podido percibir. Echamos en falta entre los vinos seleccionados algún espumoso así como algún jerez, vinos verdaderamente distintos que marcan los puntos de inflexión en una cata por sus grandes diferencias organolépticas con los vinos tranquilos. Tampoco hubiera estado mal incluir algún vino elaborado con variedades de uva poco conocidas, abandonando momentáneamente la zona de confort que nos proporciona la Garnacha, la Tempranillo, la Merlot o la Verdejo. Indudablemente son reflexiones personales que nos hacemos y que por supuesto no tienen por qué coincidir con las del resto de los asistentes. Una última modificación en relación al año pasado fue el cambio de sede. El traslado del evento del Restaurante Aragonia hasta el Restaurante Idílico hizo que el maridaje ganara peso en relación a la cena y en ese transcurrir los vinos fueron más protagonistas que los platos, lo cual no es ni bueno ni malo, es simplemente diferente y tendrá sus defensores y sus detractores.




Comenzamos la noche con un clásico del Idílico. El pulpo a la gallega con cachelos fue el punto de partida, perfectamente acompañado con un blanco al que ya le teníamos ganas desde hace tiempo. El Beronia Verdejo 2016 elaborado por Bodegas Beronia en tierras vallisoletanas y perteneciente a la DO. Rueda se mostró de color amarillo dorado con reflejos verdosos. Cítricos y herbáceos en nariz, menos tropical y más sincero que otros verdejos. Piña y plátano al atemperarse en la copa. Ataque seco en la entrada en boca, con generosa acidez. Sabroso y anisado final, sutilmente amargo. Peculiar elaboración la de este verdejo, realizando dos vendimias en la misma viña y vinificando cada una por su lado con ensamblaje posterior sin crianza, procedimiento que le confiere al vino final algo más de complejidad. 


Otro blanco, esta vez atlántico, fue la segunda etapa de la velada. Armonizado con un langostino en tempura sobre crema de mango, el Martín Codax 2016 monovarietal de Albariño elaborado por Bodegas Martín Codax y perteneciente a la DO. Rías Baixas es ya un habitual del Wine Up Tour. Visualmente de un amarillo pajizo con evidente reflejos verdosos, mostró en nariz un ligero ataque reductivo que se disipó al oxigenarse. Herbáceos, ciruela y membrillo. Marcadamente ácido y salino en boca, señas de identidad de su procedencia, con postgusto largo e interesante. Un vino comodín, nunca falla. Muy correcto el acompañamiento con marisco, no tanto con la crema de mango, quizás demasiado tropical para un vino que no lo es tanto.


Un ligero cambio cromático nos llevó hasta el Conde de Valdemar Rosé 2016. Perteneciente a la DOc. Rioja, se elabora en Bodegas Valdemar siguiendo un ensamblaje clásico de los claretes riojanos: Garnacha y Viura (75-25) vinificadas juntas. Sin crianza. Imagen afrancesada muy del gusto actual, con ese color tenue y pálido que recuerda al oro rosa. Muy floral en nariz, mucho más que frutal, asoma ligeramente algún recuerdo a fresas sin madurar. Sin embargo, resultó perfectamente equilibrado en boca, más ácido que dulce. Elegantísimo. Respondió satisfactoriamente en el difícil acompañamiento de una alcachofa gratinada rellena de marisco, tal vez más por el marisco que por la alcachofa en sí misma.


Entrando en el territorio de los tintos, nos recibió el Idrias Roble 2016, Merlot y Cabernet Sauvignon, coupage habitual en la oscense DO. Somontano con posterior permanencia en barrica durante 3 meses. Rojo picota de capa alta con ribete rubí casi granate y lágrima pigmentada. Nariz de frutas rojas (cereza, mora) sutiles especiados y torrefactos. También plantas aromáticas y algún recuerdo vegetativo. Fondo sanguíneo, casi metálico. Astringencia y acidez medias en boca, algo falto de redondeo (en barrica, en botella o en ambas). La armonización con el ravioli de langosta con crema de marisco tampoco fue la más adecuada. 


Otro tinto aragonés, en este ocasión perteneciente a la DOp. Cariñena, protagonizó el siguiente maridaje. El Corona de Aragón Special Selection 2014 elaborado por Grandes Vinos y Viñedos respondió perfectamente a su emparejamiento con el hojaldre de queso de cabra con frutos rojos. Ensamblaje emergente protagonizado por la Garnacha acompañada de Cariñena (Mazuela) con 5 meses de crianza en roble francés, se presentó en copa de un color rojo picota de capa media con menisco granate. Ataque en nariz con recuerdos fermentativos a quesería, también a caramelo, frutas rojas y negras. Tabaco rubio y tostados. Acidez media en boca y final agradable, un poco más de peso y estructura le hubiera venido bien. Muy correcto.






No puede calificarse de desacertado el maridaje a base de jamón y queso curado propuesto para un tinto de La Mancha, Tempranillo y Merlot con 12 meses de crianza en barrica cúbica de roble. Esa vanguardia tecnológica de Bodegas Verum en Tomelloso (Ciudad Real) las convierten en uno de esos destinos enoturísticos a tener en cuenta en el futuro. ElVerum Coupage 2012es tal vez el pilar maestro de su catálogo. Cumple sobradamente y hay añadas, como ésta del 2012, que resulta verdaderamente espectacular. Rojo cereza de capa media con ribete granate. Fondo de aromas lácteos y frutas negras. Ciruelas e higos sobremadurados. Chocolate y guindas en licor. Excelente en boca, se disfruta de principio a fin. Armonización sencilla, aunque plenamente satisfactoria, con el queso y el jamón.


Ganando en intensidad, el penúltimo vino de la noche fue el Inspiración Valdemar 2012, vino de autor elaborado en la bodega el mismo nombre perteneciente a la DOc. Rioja que ensambla Tempranillo, Graciano y Maturana Tinta (65-25-10) con 12 meses de crianza en roble francés y americano. Color rojo picota de capa más que alta con ribete granate. Esmalte de uñas y barniz a copa parada. Fruta negra pasificada, tostados, nuez moscada y recuerdos licorosos. Ya lo probamos el año pasado y estos doce meses de evolución en botella le han sentado maravillosamente. Redondo e impecable. En su mejor momento. Hizo crecer exponencialmente en intensidad de sabor al crepe de carrilleras, ya de por sí sabroso y especiado.


El magnífico epílogo a esta cena maridada fue la presentación del Altos de la Finca 2014. Elaborado por Bodegas Finca Constancia en tierras toledanas incorpora dos variedades de uva foráneas como son la Petit Verdot y la Syrah (60-40), con posterior crianza durante 18 meses en barrica nueva de roble francés. Color rojo cereza con ribete granate, aún con recorrido. Frutas negras, pimentón y especias en nariz. Recuerdo vegetal y mentolado. Potente, carnoso, intenso. Un poco alcohólico. Más que largo, eterno. Un señor vino en un momento excelente aunque que con seguridad evolucionará aún mejor. Agradable la armonización con el guiso de venado con garbanzos, algo eclipsado por el vino.

En resumen, una velada estupenda que posibilita cada año el reencuentro con amigos.

Hay que mantener las buenas costumbres...

Foto de grupo. Imagen cortesía de Joaquín Parra (Wine Up)

martes, 12 de diciembre de 2017

> El comienzo de una gran amistad...




La preparación de los exámenes correspondientes a los niveles 2 y 3 del WSET (Wine & Spirit education Trust) tuvo el inesperado efecto colateral de poner en contacto a un puñado de enoaficionados zaragozanos, cada uno con su propia motivación a la hora de decidir matricularse en tan exigente ciclo formativo, pero todos ellos con el denominador común de la pasión por el mundo del vino.

En la primera de estas reuniones informales se cataron 9 vinos internacionales procedentes de Francia, Alemania, Argentina, USA, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia. Acertadamente, se decidió que fueran monovarietales para poder percibir la tipicidad de cada variedad de uva y de cada región. Aunque no era el objetivo inicial, a lo largo de la cata se intentó además deducir las técnicas de vinificación y crianza empleadas en la elaboración de cada vino, información que no siempre figura en el etiquetado.

Detallaremos a continuación las notas de cata de los vinos analizados, así como una breve opinión personal acerca de cada uno de ellos.

DOMAINE SEGUINOT-BORDET 2016
Variedad: Chardonnay
Origen: Chablis (Francia)
Amarillo limón, nariz limpia de intensidad media. Frutas de pepita, cítricos, cenizas y ahumados. Regaliz de palo. Acidez marcada con ligero amargor final. Poco estructurado en boca. Probablemente con gran tipicidad, aunque carecemos de criterios suficientes. Gana complejidad al evolucionar en copa. Inusual Chardonnay muy septentrional al que no estamos acostumbrados. 

WACHENHEIMER KABINETT 2013
Variedad: Riesling
Origen: Pfalz (Alemania)
Amarillo dorado de capa media. Algo reducido de inicio. Miel, dulce de membrillo e hidrocarburos. Inconfundible nariz de Riesling. Sabrosamente ácido. Untuoso, cremoso y amable en su paso por boca. Aguanta bien en copa aunque decae ligeramente tras oxidarse.

COLOME 2016
Variedad: Torrontés
Origen: Salta (Argentina)
Amarillo verdoso de capa baja. Intensidad marcada en nariz. Limpio. Aromas tropicales. Herbáceos e hinojo. Acidez media. Sorprendentemente salino (?) Sutilmente amargo en el final de boca. Algo corto de recorrido. Promete en nariz más de lo que da en boca. Novedoso.

RIBBONWOOD 2014
Variedad: Sauvignon Blanc
Origen: Marlborough (Nueva Zelanda)
Amarillo limón de capa media. Nariz limpia. Intensidad media-alta. Tropicales y vegetales. Acidez muy compensada. Interesante evolución en copa, de menos a más. Cambiante y transformista al oxigenarse. Excelente y muy divertido.

REMOISSENET BOURGOGNE 2014
Variedad: Pinot Noir
Origen: Borgoña (Francia)
Capa baja con ribete teja. Licoroso y floral. Guindas en licor. Acidez notable con apenas una caricia de astringencia. Correcto Borgoña que, sin embargo, no llega a enamorar.

LA LINDA 2016
Variedad: Malbec
Origen: Mendoza (Argentina)
Capa media-alta con ribete rubí. Frutas rojas y mentolados. Estupendo en la entrada en boca. Acidez y taninos compensados. Muy bien diseñado, atractivo desde el primer momento. Pierde expresividad y decae con el paso del tiempo, llegando a defraudar al final.

EAGLEHAWK 2016
Variedad: Shiraz
Origen: Australia
Capa media-alta con ribete granate. Fruta negra, pimentón, embutido. Algo alcohólico. Redondo, equilibrado. Muy bien elaborado. Aguanta perfectamente la oxigenación en copa, manteniendo aromas iniciales y mostrando una evolución interesante. 

CAPUCCINO PINOTAGE 2015
Variedad: Pinotage
Origen: Sudáfrica
Rojo picota de capa muy alta con ribete granate. Chocolate, café, fruta negra en mermelada. Atractivo pero un poco agotador. Denso, casi pesado en boca. Exagerado en todo, no invita a seguir bebiendo. Complicado de armonizar.

BERINGER 2015
Variedad: Zinfandel
Origen: California (USA)
Cereza de capa media con ribete granate. Verdores y encurtidos. Conserva de marisco en vinagre. Final de fruta pasificada. Ligero en paso por boca. Muy extraño. Alejado de nuestros gustos.

Tal y como adelantamos en el título, y haciendo nuestra una de las más célebres frases de la película Casablanca (1942), mucho tendría que cambiar para que este primer encuentro no fuera el comienzo de una gran amistad...

Último plano de la película Casablanca (1942)

NOTA: Imágenes de portada cortesía de Israel Martínez

jueves, 23 de noviembre de 2017

> Hoy catamos con... Balbino Lacosta




Siempre con menos frecuencia de lo deseable, intentamos acudir a alguna de las invitaciones de ese rapsoda del vino que es Balbino Lacosta.

Nacido en Cariñena (Zaragoza), entre vides y cubas, ha dedicado toda su vida a transmitir la cultura del vino en diversos sectores. La docencia, el medio audiovisual, la comercialización... nada se le ha escapado a esta casi leyenda viva de la enología aragonesa. Su impecable imagen, muy raro es verle sin corbata y aún más raro sin traje, viene siempre acompañada de una educada cordialidad en la conversación. Seductor por naturaleza, como decía aquella canción "mitad truhán, mitad señor", su prosa resulta atractiva por igual para hombres y mujeres. A nadie más hemos escuchado que el vino deba realizar un "doble tirabuzón cruzado en la copa" al ser servido, ni que el volteado de la copa tenga que ejecutarse con un "sutil movimiento de muñeca" previo a efectuar dos golpes aromáticos, según Balbino "mandando en plaza con pausa". 

El parlamento de Balbino durante una cata es una constante poesía. Habla de "regateo y flirteo aromático" durante la fase olfativa e introduce un interesante concepto de dualidad masculino-femenino, frutas y flores frente a cueros y pieles, pero no en el manido pensamiento de otorgar una condición sexual a los vinos, sino profundizando en las diferencias sensoriales innatas de hombres y mujeres, para lo cual no duda en remontarse en la noche de los tiempos, nada menos que hasta épocas prehistóricas. 

Con Balbino Lacosta (el único con corbata) en un evento anterior

Durante el servicio del vino en las copas, teoriza con la relación directa entre la cantidad visible de espuma y la posterior sensación de untuosidad en boca. Y añade con frecuencia algunas notas románticas, se convierte temporalmente en Corín Tellado, afirmando que "el vino se acaricia o se agrede con los sedimentos, como cualquier pareja de larga duración" e incluso aventura partituras musicales al definir el vino como una "melodía configurada naturalmente". Paladín de los vinos con carácter y apegados a la tierra, defiende a capa y espada la presencia de algún amargor final, en sus palabras "sinceros amargores" en contraposición a la presencia de dulzor (en vinos secos, claro está...) al que no duda en calificar de "veneno sospechoso". Balbino en estado puro...

Lugar de celebración del evento. Fuente: web del restaurante

Su apuesta para esta velada celebrada en el Restaurante Idílico consistió en la presentación de cuatro vinos, un blanco, dos tintos jóvenes y un tinto con crianza, acompañados cada uno por una creación culinaria, todo ello en el inmejorable marco neoclásico y con el excelente servicio de sala y el buen hacer de la cocina del Idílico. Detallaremos a continuación las notas de cata de cada vino y nuestras impresiones acerca de la armonización gastronómica propuesta.

Vinos protagonistas

LAGAR D´AMPRIUS GEWÜRZTRAMINER 2015
VT. Bajo Aragón. Elaborado con uvas procedentes de viñedos jòvenes ubicados en la comarca turolense del Matarraña. Monovarietal. 4 meses sobre lías. Sin paso por barrica. Color amarillo dorado. Nariz muy floral (rosa, clavel, geranio). Humedad y flores marchitas. Especias y frutas tropicales. Recuerdo mineral en boca. Bien equilibrado. Final amargo. Fondo de hidrocarburo y gas metano. Satisfactoriamente emparejado con un pulpo a la gallega con cachelos, aunque en algunos momentos el vino incluso sobrepasó al plato. Tal vez una pizca más de pimentón picante y de sal en escamas habría venido bien.


Pulpo a la gallega con cachelos

EL ABUELO NICOLÁS 2016
Arriesgada apuesta este monovarietal sin crianza 100% Merlot, elaborado por Bodegas Bordejé (Ainzón). Una rareza en tierras de la DO. Campo de Borja, donde reina la Garnacha, sola o en compañía de la Syrah.  En realidad Bodegas Bordejé siempre han sido muy particulares al elaborar sus vinos, adoptando la Tempranillo, la Cabernet Sauvignon y la Merlot, "le petit oiseau noir" ("el pequeño pájaro negro") según Balbino, en referencia a las tonalidades diversas del plumaje comparadas con los matices de los vinos elaborados con Merlot. Visualmente de capa alta con ribete violáceo y lágrima pigmentada. Flores azules y frutas rojas. Vegetales de hoja verde. Astringencia media y acidez media-alta en boca. Algo alcohólico. Final amargo. Desequilibrado. Su maridaje con alcachofa en tempura se nos antojó complicado, como siempre que se intenta emparejar esta hortaliza, aunque mejoró algo con el torrezno, sin llegar a ser del todo de nuestro gusto. El regusto agrio típico de la salsa Romescu tampoco ayudó en demasía. Una apuesta difícil...


Alcachofa en tempura con torrezno sobre salsa Romescu

CARMELO RODERO 2016
DO. Ribera del Duero. Bodegas Carmelo Rodero. 100% Tinta del País. Poco habitual es tener acceso fuera de Burgos o Valladolid a un Ribera sin crianza. Capa media-alta con menisco cardenalicio. Fruta negra. Ataque alcohólico. Fondo mineral fresco, no húmedo ni fangoso. Grafito y pedernal. Regaliz y moras. Muy sabroso. Algo corto. Sutilmente amargo. Prometedor. La armonización con el canelón de pato y foie resultó muy adecuada, acompañando el vino a la grasa del plato, ambos de la mano sin eclipsarse. El mejor emparejamiento de la noche.

Canelón de pato y foie

ZUAZO GASTÓN CRIANZA 2015
DOc. Rioja. Bodegas Zuazo Gastón (Oyón), subzona Rioja Alavesa. 100% Tempranillo. Crianza 12 meses en barrica roble francés y americano. Rojo cereza de capa media con ribete granate. Algo licoroso en nariz. Mermelada de ciruela. Café y tostados. Acidez marcada, muy de Rioja. Escaso volumen en fase gustativa.  Fácil y agradable. Fondo de "barrica usada". En boca, naturalidad tipicamente riojana. Buen acompañamiento también el guiso de venado a la antigua, si acaso demasiado poderoso para este vino, un crianza riojano para todos los públicos. A lo mejor otro vino con más permanencia en barrica o con mayor extracción hubiera sido preferible.

Guiso de venado a la antigua

En resumen, una más que agradable actividad para una noche de mitad de semana, que nos ha permitido reevaluar vinos que ya habíamos probado anteriormente aunque sin armonización gastronómica, así como descubrir otros novedosos para nosotros. 

Si además añadimos al evento la presencia, la sabiduría y la oratoria del maestro D. Balbino Lacosta, el resultado no puede ser  mejor...



martes, 14 de noviembre de 2017

> Enoturismo en León (y III): visita a Casar de Burbia (DO. Bierzo)




La comarca de El Bierzo tiene una orografía escarpada...

En realidad se trata de un conjunto de valles trazados por varios ríos (Sil, Burbia, Cúa, Ancares, Oza, Cabrera, Boeza, etc) que descienden desde las montañas de 800 metros de altitud hasta una amplia depresión central a unos 450 metros sobre el nivel del mar, conocida como el Bajo Bierzo. Dicha variedad paisajística tiene como consecuencia la manifestación de microclimas diversos, muy distintos entre sí aún a pesar de distar tan sólo unos pocos metros. Las principales actividades económicas de la comarca son la minería, la agricultura y el turismo. En este último apartado, el Bierzo destaca por sus atractivos turísticos de tipo natural (el Valle del Silencio, la Sierra de Ancares, la antigua mina romana de Las Médulas), sin olvidar el turismo histórico-cultural que visita el Castillo Templario de Ponferrada y el turismo gastronómico que suspira por probar ese plato típico denominado "botillo", antaño comida de mineros y agricultores, convenientemente acompañado por alguno de los excelentes vinos de la zona.


Castañas en Las Médulas
Plantación de frutales

La DO. Bierzo es una de las denominaciones de origen españolas que podríamos calificar de jóvenes. Gestada desde hace tiempo, vio la luz en el año 1989 y se extiende por el noroeste de la provincia de León agrupando a 77 bodegas, la mayoría de ellas pequeñas y familiares. Hablamos de casi 3000 hectáreas de viñedo en pequeñas parcelas, diseminadas con múltiples orientaciones en las laderas de los montes leoneses. Las variedades tintas autorizadas son Mencía y Garnacha Tintorera, aunque la primera es la dominadora indiscutible del viñedo berciano. Entre la variedades blancas se cultiva Malvasía, Palomino, Doña Blanca y (sobre todo) Godello, cepaje galaico muy bien adaptado a tierras leonesas, apenas distantes unos kilómetros de su Valdeorras natal. Otros cultivos agrícolas frecuentes en la comarca de El Bierzo, especialmente en el Bajo Bierzo, son las frutas de pepita (manzana reineta, pera conferencia), las castañas y los pimientos, aunque por motivos evidentes no suelen convivir con el viñedo, restringido éste a las ubicaciones más elevadas. No es sin embargo inhabitual que las bodegas de elaboración se encuentren rodeadas de campos de frutales, algo lógico si se tiene en cuenta que la mayoría son explotaciones familiares cuyos ingresos no provienen exclusivamente del vino.

Distribución de viñedos de Casar de Burbia


En el año 1989 nacía como tal una de esas bodegas familiares en Carracedelo. Bodegas Casar de Burbia cuentan a día de hoy con 27 hectáreas de viña en propiedad repartidas en 252 parcelas en el término municipal de Valtuille de Arriba. Originariamente la mayoría fueron viñedos de uva Palomino en los que se mantuvo el pie y se injertaron las variedades más adaptadas al terreno, concretamente Godello y Mencía. El responsable de aquella locura fue Nemesio Fernández, un visionario que ya en la década de los cuarenta del pasado siglo comenzó a comprar estos viñedos casi olvidados. Naturalmente en aquel entonces fue tildado de irresponsable, pero el tiempo ha terminado por darle la razón. En la actualidad la dirección técnica recae sobre Isidro Fernández, ingeniero técnico agrícola y master en enología, hijo menor de Nemesio. Tuvimos la oportunidad de charlar un rato con ambos, muy brevemente con Isidro, enfrascado como estaba en mitad de la vendimia con las vinificaciones en marcha, mucho más relajadamente con su padre, un hombre hecho a sí mismo, un claro ejemplo de que la determinación humana puede vencer todas y cada una de las adversidades. Mientras catábamos sus vinos, resultó gratamente enriquecedor mantener aquella conversación con Nemesio, empresario de éxito que sin embargo no olvida sus orígenes de humilde trabajador. Un ejemplo que se debería transmitir a generaciones venideras.

Mencías de Casar de Burbia

Casar de Burbia realiza siempre la vendimia manualmente, obligada por la ubicación de las viñas, unas en el fondo de los valles y otras en laderas inclinadas. Lo complicado del terreno, la orientación y la altitud (de 500 a 800 metros) decretan los tiempos de maduración y el momento óptimo para la recolección de las uvas. También los diferentes tipos de suelos tienen influencia en la expresión de cada parcela. Los hay arcillosos, mixtos, pedregosos, pizarrosos y de cuarzo. Las parcelas más bajas suelen producir vinos más frutales y florales, mientras que los viñedos más altos tienden a conferir a los vinos más mineralidad, complejidad y persistencia. La edad de la viña y la densidad de plantación son otros factores esenciales a tener en cuenta.


Máquina de despalillado

Tinos de roble francés para fermentación

Las cajas con los racimos son recepcionadas en la bodega en Carracedelo. Allí se despalillan pero no se estrujan, antes de realizar una premaceración en barrica con las uvas cubiertas de hielo seco durante 4-5 días. La fermentación se realiza en depósito de acero inoxidable o en tinos de roble francés de 5000 litros, estos últimos cada vez en número mayor, se reservan para la elaboración de los vinos top de la bodega. Para la crianza se utiliza este mismo tipo de roble, con un grado medio de tostado respetuoso con la fruta. La capacidad de las barricas empleadas oscila entre los 225 litros de las conocidas barricas bordelesas y los 700 litros de algunas otras que, debido a su tamaño, cuentan para su movimiento con un ingenioso mecanismo de ruedas. 

Detalle del mecanismo para el volteado de barricas 

La elección de una barrica u otra depende de las características de la uva así como del vino que se desea elaborar: barricas pequeñas para vinos más potentes y con capacidad de guarda, barricas grandes para vinos más ligeros y frutales. Para la elaboración de algunos vinos, los más mimados, se seleccionan las uvas grano a grano y se está implementando la posibilidad de realizar fermentaciones integrales en barrica, procedimiento enormemente laborioso pero con unos resultados excelentes. En total se elaboran unas 300.000 botellas anuales con tan sólo dos variedades de uva: Mencía y Godello (80-20). Aproximadamente la mitad de ellas se distribuyen en el mercado nacional y el resto se destinan a exportación.


Godellos de Casar de Burbia

Se elaboran dos vinos blancos: el Casar Blanco y el Casar Blanco Barrica, ambos monovarietales de Godello. Tuvimos oportunidad de catar el primero de ellos, elaborado en inoxidable, sin crianza en roble pero con unos generosos 8 meses sobre sus lías. De un precioso color dorado de capa alta, se mostró en nariz soberbio y elegante: manzana asada, galleta, panadería y miel. Graso, untuoso y persistente en boca. Postgusto muy largo con una acidez sabrosa. Insistimos: a pesar de lo que pueda parecer, sin crianza en barrica.

Vinos top de la bodega

Los tintos premium de la bodega están liderados por El Castañal, procedente de viñedos de bajo rendimiento con más de 60 años a sus espaldas, a 700 metros de altitud en una ladera orientada al sol de mediodía y con 14 meses de crianza en roble francés nuevo. Un vino al alcance de muy pocos bolsillos. El Tebaida Nº5 y el Tebaida Nemesio son igualmente 100% Mencía con 18 y 16 meses respectivamente de permanencia en roble francés. Son en realidad vinos de parcela, costosos de vendimiar y de elaborar, así que también costosos si se quieren adquirir.

Casar Tinto, Hombros y Tebaida

Más asequibles resultan los otros tres tintos restantes. El Tebaida sigue siendo un top, elaborado con uvas de viñedos ubicados en las crestas de las montañas con orientación sur, realiza la fermentación alcohólica, como sus predecesores, en tinos de roble francés permaneciendo sobre sus lías durante 2 meses y evoluciona en barrica durante 18 meses. El Hombros y el Casar Tinto fermentan por el contrario en inoxidable y tiene cada uno 12 meses de crianza en roble. Ambos se elaboran también íntegramente con Mencía procedente de viñas de unos 40 años ubicadas en las faldas y partes más bajas de las sierras, con suelos por tanto más arcillosos que confieren aromas más frutales y florales. Así se mostró el Casar Tinto, de un color rojo cereza de capa alta. Nariz de frutas rojas, mantequilla, caramelo y suaves tostados. Recuerdos a verduras de hoja verde a copa parada, muy identitarios de la variedad. Acidez correcta y astringencia media, muy redondo y equilibrado.

Godellos y Mencías de Casar de Burbia.

Para recordar...


jueves, 26 de octubre de 2017

> Enoturismo en León (II): visita a Bodega Pardevalles (DO. Tierra de León)




En plena vendimia... No pudimos elegir mejor momento para visitar nuestra primera bodega en tierras leonesas.  

Valdevimbre es una localidad situada al sur de la capital con una contrastada tradición vitivinícola. De siempre el vino elaborado en la zona fue el rosado de Prieto Picudo y todavía a día de hoy sigue siendo el más consumido por copas. Aquellos rosados intensos, en ocasiones casi tintos si se le iba un poco la mano al responsable de la prensa, han quedado más bien atrás y la mayoría de las bodegas familiares se han trasladado desde las cuevas subterráneas en las que se elaboraba aquel vino a modernas instalaciones rodeadas de viñedos. Aderezada con la ilusión de estos pequeños productores, se creó en los años 80 una asociación de viticultores, elaboradores y comercializadores que dos décadas más tarde se concretó en la joven denominación de origen Tierra de León, defensora a ultranza de dos variedades autóctonas, Albarín y Prieto Picudo, aunque abierta a la utilización de otras castas blancas (Verdejo, Malvasía, Godello, Palomino) y tintas (Mencía, Tempranillo, Garnacha) quizás más conocidas y comerciales, pero con menos arraigo en la zona.



Viñedo joven de Albarín

Bodega Pardevalles fue una de aquellas bodegas familiares, responsables del impulso inicial de la DO. Tierra de León. Con la firme creencia de que ninguna otro cepaje se ha adaptado mejor al clima y al suelo, su vínculo con el cultivo de Albarín Blanco y Prieto Picudo no puede ser más decidido. Las 38 hectáreas de viñedo propio con las que se elaboran sus vinos se reparten exclusivamente entre estas dos variedades autóctonas leonesas de ciclo corto. Cabría pensar por tanto que su catálogo de vinos no debería ser muy amplio. Nada más lejos de la realidad... Con tan sólo dos castas pero jugando con la diferente expresión en cada parcela, alguna variación durante la elaboración y sobre todo con la particular crianza subterránea en barrica de roble francés, el portafolio de Pardevalles no puede calificarse de pequeño.


Algunos vinos de Bodega Pardevalles

Pardevalles Albarín, Carroleón Blanco y Clarett

La Albarín Blanco es una uva delicada, aromática y fresca. Con ella se elaboran vinos con recuerdos a frutas de pepita, heno y flores blancas. La climatología determina que sean vinos con fresca acidez y moderado contenido alcohólico, excelentes cimientos para realizar con ellos crianza en barrica, lográndose de esa manera una mayor estructura, untuosidad y persistencia en boca. Por buscar alguna similitud con alguna variedad internacional, quizás podría recordar aromáticamente a Sauvignon Blanc, salvando lógicamente las distancias. Se dispone de muy pocas hectáreas de Albarín Blanco, de hecho la bodega elabora en el mejor de los casos 25000 botellas al año, y las heladas tardías de este pasada primavera no han ayudado precisamente a mejorar la situación, ya que algún viñedo joven a punto de entrar en producción deberá ser arrancado para volver a empezar de nuevo a trabajar desde el inicio. Así de ingrata es la viticultura. Pardevalles elabora con la Albarín tres vinos: un blanco joven llamado Pardevalles Albarín, un blanco fermentado y criado en barrica nueva denominado Carroleón Blanco y un semidulce destinado al público joven con el original nombre de Albar & Coque.


Racimo de Prieto Picudo

Bayas de Prieto Picudo con su característica forma puntiaguda

Por otra parte, la Prieto Picudo es una variedad tinta que tradicionalmente se ha plantado en vaso. Su peculiar porte rastrero, apenas sin elevarse del suelo más de un par de palmos, ha dificultado las labores en el campo e impedido su mecanización. Así fue durante años, hasta que la familia Alonso, responsable de Bodega Pardevalles, comenzó a plantarla en espaldera. Sin duda hay un antes y un después a aquella decisión técnica que supuso una revolución y una ruptura con el pasado, pero que sin embargo permitió optimizar la aireación y la maduración homogénea de los racimos, las técnicas de poda, el aclareo y en especial la vendimia. El cultivo de esta uva tiene su dificultad, en concreto su forma de poda. Las dos primeras yemas no dan fruto ni en cantidad ni en calidad suficientes como para poder elaborar vino, así que conseguir formar una viña productiva lleva su tiempo. Los racimos son apretados y las bayas pequeñas, con el ápice puntiagudo haciendo honor a su nombre, de pulpa escasa y hollejo grueso que alberga una gran cantidad de antocianos y taninos. Lógicamente, con esas características, los mostos que se obtienen son una explosión de color y de aromas frutales. Con ellos se elaboran los afamados rosados de la zona, tintos jóvenes y tintos con crianza, porque si algo tiene a gala la Prieto Picudo es su excelente longevidad en botella. 


Espléndido día de vendimia

Pardevalles trabaja en exclusiva con mosto-flor obtenido sólo por sangrado. En realidad es la primera bodega que nos confiesa abiertamente su renuncia al empleo de la prensa, logrando así obtener un mosto más frutal, sin verdores y amargores. Algo impensable en otros lugares y con otras variedades de uva, pero sin embargo posible con la Prieto Picudo de Valdevimbre, rebosante de aromas y pigmentos. Desde el punto de vista económico, sin duda contribuye el hecho de que la familia Alonso disponga también de destilería propia, ya que esos hollejos sin prensar bien cargados de componentes aromáticos y sápidos se transformarán más adelante tras su destilado en aguardientes de alta calidad.


Delicioso mosto de Prieto Picudo a mitad de fermentar

Durante la elaboración de los vinos rosados, tradicionalmente se ha venido empleando la técnica del "madreo", consistente en añadir  al mosto a medio fermentar, una cantidad variable de uva entera. De esa forma, añadiendo "la madre", se consigue ralentizar la fermentación alcohólica y se obtienen vinos casi con aguja, más frutales e incluso con algún resto de carbónico que todavía los hace más fáciles y agradables de beber. Siguiendo esta técnica original y exclusiva de la zona, se elabora el Pardevalles Rosado, caramelo de fresa, frambuesa y chucherías en nariz, con un recuerdo cítrico fresco y agradable en boca. Rendidos a la actual moda de los rosados afrancesados, elaboran también por petición expresa de un importador centroeuropeo, un rosado pálido que es en realidad un coupage de Albarín y Prieto Picudo (40-60), más parecido a lo que en Rioja se conoce como "clarete", con aromas a flores y fresas ácidas muy alejados de los auténticos rosados de Valdevimbre.


Cata comparada a dos manos
Carroleón, Gamonal y Pardevalles Tinto

Otra concesión a los mercados es el Pardevalles Tinto Joven, más floral y frutal de lo que cabría esperar. Concebido para tomar por copas, la bodega ha optado por una elaboración más moderna, resultando un vino menos estructurado y menos potente en boca, muy atractivo en nariz con flores azules, violetas, frutas rojas y ese recuerdo a regaliz omnipresente en todos sus tintos y que ilustra representativamente su etiqueta. Sin embargo, donde la bodega alcanza cotas de prestigio es en los tintos con crianza. Tras varias añadas modificando decisiones técnicas en beneficio de las guías especializadas y los prescriptores famosos, elaborando vinos al gusto de los otorgadores de puntos y demás adeptos a dicha causa, Bodega Pardevalles ha decidido regresar a sus orígenes. Y como muestra de ello nada mejor que visitar su exclusiva sala de barricas. En realidad se trata de la antigua bodega subterránea, una cueva de 300 años de edad ubicada en el casco urbano de Valdevimbre donde antaño la familia Alonso elaboraba sus vinos. En su interior aún es posible ver el lagar de recepción, la vieja prensa de madera y alguna de las grandes cubas cargadas de historia. En esa atmósfera de reposo y tranquilidad, con una temperatura constante de 13ºC y una humedad del 80% realizan su lenta crianza en barrica los tintos de Pardevalles. Dichas condiciones ambientales ralentizan la microoxigenación y consiguen una evolución más acompasada, más suave y elegante. 


Antigua prensa

Sala de barricas subterránea

El Carroleón Tinto, vino top de la bodega, estrena siempre barrica nueva de roble francés de tostado medio-bajo y en ella permanece durante 24 meses. Su hermano pequeño, el Gamonal, utiliza barricas de segundo y tercer uso durante una media de 12 meses. Ambos son vinos poderosos e intensos, monovarietales de Prieto Picudo, elaborados con uvas procedentes de los viñedos de los que toman su nombre, ambas parcelas de baja producción, entre 2000 y 3500 kg por hectárea respectivamente. Los mínimos cambios en la orientación y las pequeñas variaciones entre suelos, determinan grandes diferencias entre una viña y otra. Capa media-alta con ribete granate, sin atisbos florales en nariz, frutas negras pasificadas, especias, tostados, tabaco y mil cosas más. Estructurados y sabrosos, algo más astringente y complejo el Carroleón. Redondo, equilibrado y casi perfecto el Gamonal, quizás el vino más completo de la bodega, sin duda nuestro favorito.


Contraetiquetas


Tal y como detallamos en una entrada anterior, en general los vinos de la DO. Tierra de León se destinan mayoritariamente al mercado extranjero. Es prácticamente anecdótico encontrarlos en otras provincias españolas. Y es que ni siquiera cuentan con una gran implantación en la hostelería leonesa, dominada por las omnipresentes y premiadas mencías de la DO. Bierzo. Los Prieto Picudo y los Albarín tan sólo aparecen en las cartas de los restaurantes de cierto nivel o todo lo contrario, disponibles por copas en pequeñas tabernas del Barrio Húmedo del casco antiguo de León.