lunes, 26 de febrero de 2018

> Vinos "con alas" en Al Vino Vino






El mercado actual del vino se halla inmerso en una batalla que se libra en dos frentes bien distintos. 

En primer lugar debe atender a aquellos consumidores aventajados que, aburridos de los mismos vinos de siempre, buscan sorprenderse y satisfacer su curiosidad probando variedades de uva novedosas, elaboraciones diferentes, vinos de parcela con expresión del terroir, pequeñas producciones, vinos de cultivo biodinámico y demás excentricidades. Por otro lado, el segundo objetivo de los productores es lograr atraer hasta el mundo del vino a aquellos consumidores reticentes y recelosos, y nos referimos particularmente al público más joven, quizás algo abrumado o acobardado por ese halo de altivez y misticismo con el que tradicionalmente se ha - o más bien, hemos- rodeado al vino. A priori podría pensarse que se trata de dos tipos de consumidores irreconciliables, con preferencias absolutamente antagónicas, unos en las antípodas de los otros. Pero no es así, como bien lo demuestra la colección Wine Wings.

Bodegas Ignacio Marín (DOp. Cariñena) son una empresa familiar, con más de 100 años de historia a sus espaldas, dirigidas actualmente por la tercera generación de bodegueros. No estamos hablando por tanto de unos advenedizos en el cultivo de la vid y el negocio del vino. Con una amplia cuota de mercado en el exterior, el 85% de sus vinos se destinan a exportación en 35 países, elaboran aproximadamente 3 millones de botellas anuales con las uvas proporcionadas por sus 200 hectáreas de viñedo propio. Cultivan variedades muy adaptadas al terreno, unas autóctonas (Garnacha, Tempranillo, Moscatel, Cariñena, Garnacha Blanca) y otras internacionales (Merlot, Syrah, Cabernet Sauvignon) para elaborar diferentes líneas de vinos, desde los reservas más clásicos de Barón de la Joyosa hasta los vinos más juveniles de Divinis Mediterranean, Ballad o Wine Wings. 


Wine Wings en Al Vino Vino

Pero hablemos de Wine Wings... Curioso nombre el de esta colección de vinos, proveniente del destino que se le da a un porcentaje de los ingresos obtenidos y que son donados con la finalidad de ayudar al sostenimiento económico del Centro de Interpretación Laguna de Gallocanta, cuyo objetivo es la protección y el cuidado del ecosistema de Gallocanta y de las aves que lo habitan durante sus migraciones. Se trata de una colección de cinco vinos, un blanco, un rosado y tres tintos, cuyo hilo conductor son las alas de cinco animales diferentes que además dan nombre a cada uno de los vinos. El flamenco protagoniza la etiqueta del rosado, la rayamanta viste la del blanco y la mariposa, la golondrina y el águila sobrevuelan las etiquetas de los tintos. El diseño de las etiquetas ahonda en ese espíritu juvenil y divertido, resulta muy atractivo y vistoso, tanto por los dibujos como por los colores empleados, y sin lugar a dudas ayuda a llamar la atención del consumidor joven, bastante cansado en general de las trasnochadas etiquetas doradas con escudos nobiliarios y litografías de viñedos. Pero el asunto no queda en un mero diseño bonito. En el interior de cada botella nos espera un vino interesante, un coupage original, una elaboración sorprendente... y un resultado magnífico. Un rosado con breve crianza, un blanco que dice cosas diferentes en nariz y en boca, un tinto joven de doble elaboración y un tinto con crianza que baraja añadas y cepajes diferentes.


Rayamanta, Flamenco, Golondrina y Mariposa

Tuvimos la oportunidad de catar hace unas semanas, cuatro de estos vinos en Al vino vino, en el transcurso de una de esas catas desenfadadas que regularmente nos proponen Enrique y Adriana. Sólo quedó fuera de la cata el Wings Aguila, atractivo ensamblaje de Garnacha y Cariñena con 16 meses de barrica de roble, que deberemos probar en otra ocasión. 

Detallaremos a continuación las características y notas de cata de cada uno de los vinos.

FLAMENCO
100% Garnacha. 3 meses de crianza en barrica de roble americano nuevo apenas sin tostar. Color rojo fresa algo anaranjado. Caramelo de frambuesa y plantas aromáticas, sin recuerdos de madera. Poco expresivo en nariz. Algo más voluminoso en boca, donde sí se aprecia la barrica. Vivo y ácido. No estamos ante un rosado veraniego y fácil, sino ante un vino muy gastronómico.


Wine Wings Rayamanta

RAYAMANTA
Moscatel de Alejandría y Garnacha Blanca (40-60). Sin crianza. Visualmente de color amarillo dorado. Voluptuoso y seductor en nariz, con los aromas propios de la Moscatel. Fruta de hueso (melocotón rojo) y tropical (mango, melón amarillo). Marcada acidez y cuerpo en fase gustativa, donde gana protagonismo la seriedad de la Garnacha Blanca. Largo y muy sabroso. Un vino juquetón y divertido.

MARIPOSA
100% Tempranillo. Parte de las uvas realizan maceración carbónica (fermentación tradicional de los racimos enteros), el resto se despalillan y fermentan en depósito de inoxidable con temperatura controlada. Sin crianza. Rojo cereza de capa alta y ribete rubí. Caramelo y azúcar quemado. Flores azules (violetas, lilas) y mentolados. Astringencia media en boca. Acidez marcada que le aporta frescura. Un poco desequilibrado. A reevaluar en el futuro.


Wine Wings Golondrina

GOLONDRINA
Garnacha 2013 y 2015, Cariñena 2014. Vino multiañada (¿vuelven los blending?), procedente de cepas de más de 60 años con un bajo rendimiento, menos de 2kg por cepa. Rojo cereza de capa media con ribete granate. Balsámico. Frutas rojas, negras y especiados. Chocolate y mentolados. After Eight. Elegantísimo. Largo postgusto. La viva demostración de que una idea en principio descabellada puede conducir a un resultado exitoso.

Estamos sin duda ante una colección de calidad. No hay más que sujetar una de esas excelentes botellas borgoñonas en nuestras manos para darnos cuenta de que en su interior no habrá un vino vulgar ni anodino. Estos "vinos con alas" no dejarán indiferente a nadie. Y aún diríamos más, son capaces de proporcionar satisfacción y sorpresa a partes iguales, tanto a un público neófito como a un consumidor más exigente. Son vinos entretenidos para catar y versátiles para maridar. Llegarán muy alto...

No olvidemos que son vinos con alas...



miércoles, 14 de febrero de 2018

> Vignerons de Huesca: el panel de cata y sus secretos...




Un interesantísimo proyecto enológico se está gestando en la provincia de Huesca.

Suele decirse que la unión hace la fuerza, y así han debido de considerarlo varias pequeñas bodegas repartidas por la geografía oscense. Con procedencias tan dispares como el desierto monegrino de Lanaja, el Somontano de Barbastro, los valles pirenaicos de Hecho y Tena o el entorno de los Mallos de Riglos, siete pequeños productores han decidido agruparse para dar difusión a sus respectivos proyectos vitales y empresariales. Se trata de EdraSersClavería-BarrabésEstrada-PalacioEl Vino del DesiertoAlodia y Bal Minuta. Todos ellos viticultores y elaboradores, podría decirse que son auténticos artesanos que llevan el vino en la sangre y representan el sentimiento y la pasión en el más estricto sentido de la palabra. Bajo el nombre de Vignerons Independientes de Huesca y agrupados en torno a Javier Buil, responsable de la tienda especializada La Corona de Aínsa y auténtico catalizador del proyecto, comenzó esta aventura su camino hace unos días  con la reunión de los responsables de todas las bodegas en Aínsa para hacer entrega de las muestras de vino destinadas a ser sometidas a la deliberaciones del comité de cata. 


Vignerons Independientes de Huesca

Miembros del panel de cata en la Plaza Mayor de Aínsa

Tuvimos el honor de ser invitados a formar parte de dicho panel de cata, así que no dudamos ni un instante en aceptar el desafío que se nos propuso. El Sobrarbe nos dio la bienvenida con un soleado y fresco día de invierno, y a la villa medieval de Aínsa fuimos acudiendo los privilegiados que habíamos sido elegidos para evaluar y puntuar los 33 vinos previamente seleccionados como candidatos a conseguir el "Sello Vigneron". El panel de cata fue integrado por un grupo considerablemente heterogéneo en el cual se incluyó un enólogo, tres profesionales de la restauración, dos blogueros especializados, dos distribuidores e incluso un creativo capaz de fusionar gastronomía y música, todos con el común denominador de la pasión por el mundo del vino.



Panel de cata: análisis sensorial y deliberaciones

Las catas se efectuaron a lo largo de dos días, divididas en horario de mañana, tarde y noche. Los vinos fueron agrupados en función de la variedad de uva dominante, a excepción de los 6 vinos blancos y los 3 vinos espumosos que fueron dispuestos en catas independientes, concretamente la primera y la última. 



Cata de vinos blancos

Como ya hemos indicado, la cata de vinos blancos fue la que abrió la primera de las jornadas y, con algo de timidez por la importancia de la tarea que nos había sido encomendada, nos enfrentamos a dos chardonnays, un alcañón, una garnacha blanca y dos viogniers. Con la única excepción del último viognier, una rareza de elaboración equidistante entre el despiste y la excelencia, de esas que sólo se prueban alguna vez en la vida, los otros cinco vinos carecían de crianza en roble o bien había sido muy ligera o sólo realizada parcialmente. La reciente fecha de embotellado, en algún caso tan sólo dos días antes de la cata, jugó ligeramente en contra desde el punto de vista aromático en alguno de los vinos, no así en fase gustativa y retronasal, donde todos ellos desplegaron generosamente sus encantos. Más gastronómicos los viogniers y la garnacha blanca que los chardonnays y el alcañón. Visualmente uno de los vinos presentó cierta turbidez, al parecer deliberada por parte del elaborador según nos informaron, pero que en nuestra opinión no debería estar presente en un vino que aspire a un reconocimiento elevado. En general todos los vinos obtuvieron puntuaciones muy favorables. Nos fue imposible decantarnos por uno solo de ellos. Excelente inicio...



Cata de vinos coupage de Cabernet Sauvignon 

Los protagonistas de la segunda cata fueron los tintos con predominio de Cabernet Sauvignon, ninguno de ellos monovarietal, y como cabría esperar en esta variedad de uva, con largas crianzas en barrica de roble. Impecables todos ellos en fase visual y olfativa, resultaron particularmente novedosos para nosotros los vinos de un pequeño productor que realiza la fermentación en vasijas de barro, un atavismo técnico que sin embargo aporta curiosas notas a sus vinos, especialmente en boca. También a destacar el buen trabajo de otra bodega que elabora crianza, reserva y gran reserva, algo que cada vez es más complicado de encontrar en los catálogos, si se tiene en cuenta que el mercado tiende hacia vinos más frutales y jóvenes. Es de agradecer que todavía haya elaboradores con el valor necesario para inmovilizar durante meses, e incluso años, unas cuantas barricas con la intención de conseguir vinos aún más complejos. Por desconocido, artesanal y equilibrado, nuestro favorito fue un ensamblaje de Tempranillo, Cabernet y Merlot con 13 meses de roble francés.


Cata de Merlot y otras variedades tintas

Aunque en principio la tercera cata iba a agrupar los vinos elaborados con Merlot, y así fue en tres de los casos, hubo que incluir en ella dos outsiders: un monovarietal de Moristel y una Syrah vinificada como rosado. Quizás por lo avanzado de la hora y la elevada exigencia, por las grandes diferencias entre los vinos o por la presencia entre ellos de un vino sin sulfitos añadidos que siempre se nos hacen un poco cuesta arriba, la verdad es que fue la cata más complicada de todas. Encontramos, no obstante, refugio en uno de nuestros "vinos comodín", ensamblaje multitudinario de varias castas tintas que año tras año responde sobradamente. Sin duda será uno de los vinos punteros en ventas dentro del proyecto, por su versatilidad, su continuidad y su excelente relación calidad-precio.



Cata de monovarietales de Syrah y Parraleta

El segundo día de evaluaciones lo iniciamos con Syrah y Parraleta, dos variedades tintas, una internacional y otra autóctona, francamente diferentes entre sí. Seis vinos elaborados por tres bodegas, a su vez muy distintos también en cata comparada. Evidentemente las diferencias encontradas fueron las propias de cada cepaje, sutiles y florales las parraletas, intensas y sabrosas las syrah. Pero no sólo eso, la impronta de cada productor se dejó sentir en sus vinos, unos más actuales, modernos y tecnológicos, otros más evolucionados y de larga crianza. Dos estilos muy diferentes, cada uno con su mercado. Interesante comparación. La cata suscitó el debate de la idoneidad de someter a una variedad como la Parraleta a crianzas prolongadas en roble y también generó dudas la presencia de algún aroma terciario concretamente en un vino que a priori debería carecer de crianza en madera y que por ese motivo nos pareció el más internacional y tecnológico de todos.


Cata de Garnachas

La última cata de vinos tranquilos, a falta de la de espumosos a realizarse ya en horario nocturno, fue protagonizada por siete garnachas. De nuevo otra rareza apareció en nuestras copas, una Garnacha Gris de las que apenas existen, firmada por la misma bodega que aquel sorprendente Viognier con larga crianza que catamos el día anterior. Desde luego a nadie dejó indiferente. Los otros seis vinos habían sido elaborados con Garnacha Tinta, sola o en coupage con otras variedades, algunos con crianza en roble y otros sin ella. Cuatro de los tintos con varias añadas a sus espaldas fueron merecedores de notable alto e incluso algún sobresaliente. En los otros dos quedó patente que eran una primera prueba, en general proporcionaron buenas sensaciones, pero deberán confirmar a la larga esa progresión que se les espera. Siempre resulta algo despiadado comparar unos vinos con otros, de modo que en esta tanda elegimos dos favoritos: un vino joven coupage de Garnacha y Cabernet Franc, y un vino con crianza en roble, ensamblaje de Garnacha, Cariñena y Syrah. Dos vinos muy diferentes entre sí, con orígenes bien distantes y que son la más clara demostración de la riqueza paisajística y climatológica de la provincia de Huesca.


Cata de espumosos

Y para terminar, casi como epílogo, la cata de espumosos, dos blancos y un rosado. Tan sólo dos bodegas se aventuraron a presentar sus candidatos, y es que la elaboración de espumosos presenta aún más dificultad que la de vinos tranquilos. Tiene una pizca de influencia divina, así que no parece casualidad que se le atribuya el descubrimiento de la segunda fermentación en botella en 1668 al monje benedictino Dom Pérignon de la abadía francesa de Hautvilliers. Algo tiene el agua cuando la bendicen... Muy por encima las notas de cata de los dos blancos en relación al rosado. A destacar un monovarietal de Riesling absolutamente único en el mercado. Muy prometedor, aunque todavía por terminar de pulir en algunos detalles particularmente en fase visual. Llegará muy lejos, si la bodega realiza algún ajuste durante la elaboración o si se consigue transmitir satisfactoriamente al consumidor la dificultad que tiene elaborar espumosos en altura.


Impecable servicio de los vinos

Queremos destacar por encima de todo la exquisita organización y servicio de los vinos: copas impolutas, perfecta temperatura de servicio, tapetes identificativos para cada vino, información proporcionada por las bodegas, libro para anotaciones y puntuaciones, etc. Durante los descansos unas manos invisibles realizaban la limpieza de copas y el cambio de tapetes, de modo que cuando los catadores regresábamos a nuestros puestos nos encontrábamos los siguientes vinos ya servidos y todo preparado para iniciar nuestros análisis. No erramos de mucho si decimos que de la totalidad de los vinos catados vimos servir no más de media docena. Reiteramos nuestra felicitación a los organizadores, también por las facilidades que nos dieron para la manutención y el alojamiento durante esos dos apasionantes y exigentes días. 



En el momento de escribir este artículo, continúan las labores de desarrollo del proyecto. Con las notas, puntuaciones y opiniones del panel de cata se están evaluando de nuevo los 33 vinos para finalmente decidir cuáles se admiten como aptos para poder ostentar el "Sello Vigneron". Asimismo se están redactando fichas de cata para cada uno de ellos, documentos que servirán de apoyo al personal de hostelería que en último lugar es quien debe dar a conocer el proyecto a sus clientes y comensales. También se están celebrando jornadas formativas para camareros, maitres, responsables de sala, cocineros y restauradores en general, con el fin de transmitir el espíritu de cada bodega en forma de suelos, variedades de uva, técnicas de viticultura, vinificación y duraciones de crianza, así como la influencia y traslación de todo ello al producto final.


Sello Vigneron en las botellas de Edra, Bal Minuta y El Vino del Desierto
Imágenes cortesía las bodegas y de Vignerons Independientes de Huesca



La puesta de largo del proyecto está previsto que tenga lugar a mediados del mes de Marzo, en un evento con presencia de prensa y público al que intentaremos asistir, porque en cierta medida, algo de nosotros habrá en el interior de cada botella que luzca, orgullosa de sus orígenes, el sello de Vignerons Independientes de Huesca.


Cumbres de Ordesa, como siempre imponentes...

martes, 6 de febrero de 2018

> ¡Vamos de rebajas...!





¿Hay alguien a quién no le agrade ir de rebajas...? 

Se trata de un ejercicio que nos gusta realizar de vez en cuando. El procedimiento es sencillo: nos fijamos un importe máximo por botella y nos perdemos entre estantería y lineales, sencillamente dejándonos llevar por nuestra curiosidad. Los resultados suelen ser dispares pero a veces también sorprendentes y resultan muy útiles para eliminar prejuicios acerca de determinadas zonas geográficas o de ciertos puntos de venta. Este fue el mecanismo por el que descubrimos hace ahora dos años un vino que motivó la redacción de una entrada en este blog y que a día de hoy, de forma absolutamente incomprensible, sigue ostentando el record de mayor número de visitas.

Pues bien, con esa misma intención de hacer "saltar la banca", adquirimos unas cuantas botellas y no sólo las catamos, sino que nos las bebimos en privado, porque no conviene hacer experimentos fuera de casa si no se sabe cuál puede ser el resultado. Y mira por dónde, en tres de los cuatro casos, el resultado no estuvo mal. Detallaremos a continuación nuestras notas de cata e impresiones acerca de cada vino.

Señoras y señores, se inicia la temporada de rebajas...


   

INDÓMITO 2017
100% Chardonnay. Virgen de las Viñas (Tomelloso-Ciudad Real). Moderna botella bordelesa de hombros rectos y color caramelo oscuro. Cápsula de calidad media y tapón sintético. Etiquetado simple, casi infantil, con información suficiente. Designado como "Vino de España", hace suponer que la uva tiene diferentes procedencias geográficas. Amarillo pálido, casi sin ribete. Intensidad olfativa media. Aromas frutales (piña, manzana, pera) y de flores blancas. Polvos de talco. Moderada acidez y escasa estructura en boca. Paso muy fluido. Postgusto medio-largo, con recuerdos minerales tal vez algo amargos (verdores?). Excelente RCP.


   

VALDEFLOR CRIANZA 2014
Garnacha y Tempranillo en porcentaje desconocido, quizás mitad y mitad. Crianzas y Viñedos Santo Cristo (Ainzón-Zaragoza). DO. Campo de Borja. Botella bordelesa de color verde, cápsula de calidad correcta, tapón de corcho natural de calidad media. Etiqueta sencilla y monocromática con escasa información. Crianza en roble de duración desconocida. Rojo cereza de capa media con ribete entre rubí y granate. Fruta roja y flores azules. Mermelada de ciruelas. Vainilla y canela en rama, poco evidentes. Caja de puros. Café con leche y orejones. Cenizas. Fondo de barrica usada. Marcada acidez. Astringencia media. Estructura media. Algo desequilibrado en alcohol. Postgusto medio. Excelente RCP.


  

RIBERA DE LOS MOLINOS 2017
100% Sauvignon Blanc. Finca La Blanca (La Puebla de Almoradiel-Toledo) DO. La Mancha. Botella troncocónica transparente, cápsula de calidad correcta, tapón de corcho colmatado. Etiqueta clásica con motivos ornitológicos y botánicos, con generosa información. Amarillo muy pálido, prácticamente sin ribete. Explosiva fase nasal plena de frutas tropicales (mango, plátano, piña, melón amarillo) y frutas de hueso (albaricoque, melocotón rojo). Ligero fondo vegetal muy varietal (espárrago, pepino). Marcadamente ácido en boca, demasiado fluido, casi carente de estructura, nada graso. Postgusto cítrico (lima) de duración media que recuerda al sidral, incluso con un deje de amargor. Sensual y voluptuoso en nariz que sin embargo defrauda en boca. Un "vino tramposo" que nos promete más de lo que luego nos da, ahora bien, con una RCP inmejorable.


  

ARMÓNICO RESERVA 2012
Garnacha y Syrah, en porcentaje desconocido. Bodegas Viña Tridado (Borges del Camp-Tarragona) DO. Terra Alta. Botella bordelesa de color verde, cápsula de baja calidad, tapón de corcho colmatado genérico y sin indicaciones. Crianza durante 12 meses en roble francés y americano. Etiqueta clásica con información suficiente. Rojo picota de capa media-alta con ribete entre rubí y granate. Ataque alcohólico en nariz, frutas rojas y negras. Pimentón, chocolate y canela. Acidez alta y astringencia media en boca. Postgusto especiado de duración media. Algo desequilibrado en fase gustativa debido a su marcada acidez. No permite disfrutar. Un poco incómodo.

No se le puede exigir a este tipo de vinos lo que cabría esperar a otros que cuestan diez veces su precio. En importes de este rango nos damos por satisfechos si los vinos no presentan defectos evidentes (acidez, astringencia, amargor, etc), si nos reportan un grado de deleite medio y si no decaen demasiado rápido una vez descorchados. Quizás les demandamos poco, pero el resultado sólo puede calificarse como satisfactorio en líneas generales, siempre que tengamos en cuenta la horquilla de precios en la que nos movemos. 

¿Alguien más se anima a ir de rebajas?