jueves, 8 de marzo de 2018

> Lo Món 2012 (DOc. Priorat): escalera hacia el cielo...





La DOc. Priorat tiene un origen místico...

En el siglo XII, Alfonso II "El Casto" Rey de Aragón, Conde de Barcelona y Marqués de la Provenza, ordenó a dos de sus caballeros la búsqueda de un lugar apropiado dentro de su reino para que se instalara una congregación de monjes cartujos provenientes del otro lado de los Pirineos. Dichos caballeros localizaron un territorio al sur de la Sierra de Montsant y en su periplo preguntaron a un pastor de la zona, el cual no dudó en narrarles un milagro que repetidamente sucedía en las proximidades. Al parecer uno de los pinos de determinada ladera, siempre el más elevado, se transformaba en ocasiones en una escalera por la que los ángeles ascendían y descendían desde el cielo. Sin duda no podía haber mejor ubicación para la construcción del Monasterio Cartujano de Santa María de Scala Dei, cuyos monjes trajeron consigo el cultivo de la vid a estas tierras y lo mantuvieron durante seis siglos. La leyenda se extiende hasta nuestros días y quien lo ponga en duda no tiene más que echar un vistazo al logo de la DOc. Priorat.


Ruinas del Monasterio de Sta. María de Scala Dei

Tras la plaga de filoxera de finales del siglo XIX se abandonó el cultivo de la vid, en parte también por la emigración a las ciudades, ávidas de mano de obra barata para la emergente industria textil catalana de principios del siglo XX. No fue hasta la década de los 80 cuando algunos viticultores, a medio camino entre el romanticismo y la enajenación mental, decidieron retomar la elaboración de vinos en este rincón de la provincia de Tarragona, a punto de desaparecer agrícola y demográficamente. Su apuesta fue en favor del cultivo ecológico y de los bajos rendimientos, anteponiendo calidad a cantidad, pero sobre todo preservando una identidad propia. En la actualidad la DOc. Priorat está integrada por 12 villas y ostenta, junto con la DOc. Rioja, el máximo reconocimiento en cuanto a calidad en el extenso conjunto de las zonas vitivinícolas españolas. 

De las cuatro bodegas existentes en 1989, se ha pasado al centenar largo a día de hoy. Los hijos de aquellos irreverentes emprendedores de hace 30 años son los que en la actualidad tiran del carro de los vinos del Priorat y, en líneas generales, mantienen la filosofía de sus antecesores: respeto a la viña, cultivo ecológico y producción controlada, todo ello con el objetivo de mantener las cotas de éxito alcanzadas a finales de los 90 y primeros de los 2000, cuando Robert Parker ascendió a los altares de los 100 puntos a algunos vinos del Priorat.



Vista exterior de la bodega. Fuente: www.turismepriorat.org

La bodega Trossos del Priorat (Gratallops) inició su andadura en el año 2004. Los actuales propietarios son los hermanos Vives y sus modernas instalaciones, tanto de bodega como de hotel, están miméticamente enterradas en una ladera de viñas, con el fin de optimizar el aislamiento térmico y favorecer los procesos de vinificación. Elaboran 5 vinos tintos y 2 blancos, con especial protagonismo para las Garnachas (tinta y blanca), sin olvidar otras variedades locales (Cariñena, Macabeo) e internacionales (Syrah, Cabernet Sauvignon, Viognier).


Cepa centenaria en una ladera de pizarras (licorellas). Fuente: Luis Gutierrez 


El vino que hoy nos ocupa recibe el curioso (e incluso pretencioso) nombre de Lo Món 2012. Elaborado siguiendo un multitudinario ensamblaje de Garnacha, Cariñena (Samsó), Cabernet Sauvignon y Syrah (50-25-15-10) se le somete a 12 meses de crianza en barrica de roble francés. Las uvas con las que se elabora proceden de agricultura ecológica, respetuosa con el ambiente, con la orografía y con el paisaje. Viñedos en terrazas, suelos pobres de pizarras de diferentes colores conocidas como licorellas que obligan a las vides a profundizar con sus raíces en busca de los nutrientes esenciales y que dotan, con todos los matices que los expertos quieran, de esa mineralidad tan peculiar a los vinos del Priorat.

          

Visualmente de color rojo cereza de capa media-alta con ribete rubí, el Lo Món 2012 se mostró en nariz rico en frutas rojas muy maduras (guindas) casi negras (grosellas, moras), lácticos y mentolados. Mineral y especiado. Colonia infantil. Caramelo de café y chocolate con leche. Tostados. Carne ahumada. En fase gustativa exhibió de entrada una astringencia media, algo terroso. Cremoso, mantequilloso, graso. Opulento y poderoso en boca. Postgusto largo. No apto para todos los públicos. Catado a las 24h, manifiestó más fruta negra desecada (higos, ciruelas-pasa), taninos pulidos y resultó algo más licoroso. Gana enteros con la oxigenación, recomendamos decantarlo, no sólo para liberar esos compuestos volátiles encerrados en la botella sino también para minimizar durante el servicio en copa cierta presencia de sedimentos, lógica consecuencia en un vino con tan elevada carga cromática y de elaboración mínimamente intervencionista.

Un soberbio Priorat del que deseas que la botella no se termine, porque mientras se disfruta no es difícil imaginar, en mitad de un pinar, a los ángeles bajando del cielo por una escalera, aunque muy a nuestro pesar, esa visión se disipa al apurar la última copa de Lo Món 2012.



1 comentario:

  1. Es bastante interesante recordar el origen del vino y toda la evolución que ha tenido para llegar a lo que es hoy en día. Y acordarse de como han llegado los mejores vinos es asombroso.

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